La deficiencia de yodo crece impulsada por el cambio en los hábitos alimentarios.

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15/11/2025 - 12:00
Varias bandejas de pescado y marisco que aportan yodo al organismo

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La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha encendido las alarmas el pasado martes al advertir sobre el aumento de la deficiencia de yodo en Europa. Este déficit, esencial para el correcto funcionamiento del organismo, se está disparando debido a los cambios en los hábitos alimentarios, como la reducción del consumo de lácteos y el auge de las dietas vegetarianas y veganas.

Riesgos para la salud y la deficiencia de yodo: El micronutriente olvidado

En el marco del Día Mundial de la Prevención de los Trastornos por deficiencia de yodo, la SEEN enfatizó que el yodo es un micronutriente indispensable, ya que es la base para la formación de las hormonas tiroideas. Estas hormonas son cruciales para la regulación del metabolismo, el crecimiento y el vital desarrollo neurológico. La doctora Silvia González Martínez, vocal del Comité Gestor del Área de Tiroides de la SEEN, señaló que "algunos estudios recientes evidencian un importante descenso del consumo de yodo en Europa", una tendencia preocupante.

La endocrinóloga destacó que la deficiencia de yodo puede acarrear serias consecuencias para la salud. Entre ellas se incluyen la aparición de bocio, nódulos tiroideos o alteraciones en la función tiroidea. Los estadios más críticos se manifiestan en las primeras etapas de la vida, donde la deficiencia de yodo "puede afectar al crecimiento y al desarrollo neurológico de los niños", aseguró la experta. Por ello, la SEEN ha puesto en marcha la campaña 'Que sea poca…pero que sea yodada' en redes sociales, buscando concienciar a la población sobre la importancia de este componente.

Poblaciones de mayor riesgo y el reflejo en estudios regionales

Si bien la deficiencia de yodo puede manifestarse a cualquier edad, existe un riesgo acentuado en ciertos grupos poblacionales, especialmente en niños y mujeres, sobre todo durante las etapas del embarazo y la lactancia. Además, las personas que han adoptado dietas vegetarianas o veganas también presentan una mayor vulnerabilidad al déficit.

Esta tendencia fue confirmada por un estudio reciente en Asturias, que reveló que un alarmante 52 % de las mujeres gestantes no lograba alcanzar los valores de normoyoduria. Para la doctora González Martínez, este dato es un "reflejo de una tendencia creciente en Europa, donde se observa un empeoramiento de la nutrición de yodo por los cambios en los hábitos de consumo como la reducción de lácteos y el aumento de dietas basadas en alimentos de origen vegetal".

La solución: Sal yodada y dieta enriquecida

La principal estrategia para combatir y prevenir deficiencia de yodo, recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la incorporación de sal yodada en la dieta habitual. La doctora González Martínez insistió en que el mensaje es claro: "no se trata de consumir más sal, sino de que la que usemos sea yodada".

Además de la sal yodada, ciertos alimentos contribuyen significativamente al aporte de este micronutriente. La SEEN recordó que alimentos ricos en yodo, como los lácteos, los huevos, los pescados y los mariscos, son aliados fundamentales para contrarrestar este déficit.

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