El 9 % de los niños en España ha sido presionado para enviar fotos íntimas online

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09/12/2025 - 08:33
Niña mirando la pantalla de un ordenador

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Un reciente informe de Naciones Unidas y UNICEF España alerta de un fenómeno inquietante: el 9 % de los niños y adolescentes españoles ha recibido presiones para enviar fotos íntimas o vídeos sexuales a través de internet.

El estudio se realizó con miles de estudiantes de entre 11 y 17 años y muestra que la violencia sexual digital se está normalizando en los entornos escolares y en las redes sociales. Los niños y niñas, especialmente las adolescentes, enfrentan presiones que van desde peticiones “aparentemente inocentes” hasta chantajes explícitos sobre fotos íntimas o amenazas de difusión.

El impacto emocional de estas experiencias es enorme. Los menores sienten culpa, ansiedad, vergüenza y miedo a contarlo. Muchos terminan aislándose o dejando de usar redes, mientras otros sufren burlas o ciberacoso si las imágenes se comparten.

Para los expertos, esta situación debe considerarse una cuestión de salud pública: la exposición sexual digital temprana está afectando la autoestima y la salud mental infantil.

Según el estudio, además del 9 % que reconoce haber recibido presiones para enviar fotos íntimas, un 13 % ha visto cómo sus amigos eran coaccionados y un 4 % admite haber sido víctima directa de extorsión sexual digital.

Las causas: acceso temprano, falta de educación y cultura hipersexualizada

Los especialistas señalan varios factores que explican este aumento.

Por un lado, el acceso a la tecnología ocurre cada vez antes: la mayoría de los menores españoles obtiene su primer móvil entre los 10 y 11 años, y el 90 % ya usa redes sociales antes de los 13.

Las aplicaciones más populares —como TikTok, Instagram o Snapchat— favorecen el intercambio constante de fotos íntimas y mensajes efímeros, lo que dificulta el control parental y la trazabilidad del contenido.

Además, la exposición a contenidos sexualizados y pornografía online genera una visión distorsionada de las relaciones, donde la intimidad se asocia al intercambio de imágenes.

El informe también apunta a la presión de grupo y el deseo de aceptación social, factores especialmente intensos en la adolescencia. En muchos casos, los menores no son conscientes de los riesgos legales y emocionales de compartir fotos íntimas.

Otro factor clave es la falta de educación digital y sexual integral. En las aulas, la conversación sobre consentimiento, privacidad o respeto digital sigue siendo limitada.

Los padres, por su parte, reconocen que a menudo no saben cómo abordar el tema o confían demasiado en los filtros tecnológicos. Sin embargo, los expertos insisten en que el diálogo es la mejor herramienta preventiva.

Finalmente, las plataformas digitales también tienen responsabilidad. Aunque algunas redes han implementado controles parentales y sistemas de denuncia, la moderación de contenido sexual sigue siendo insuficiente, y los algoritmos a menudo priorizan la visibilidad de material sexualizado.

Soluciones y responsabilidades compartidas

El informe de la ONU y UNICEF España plantea una estrategia múltiple para frenar este fenómeno.

  1. Educación desde la infancia: promover en escuelas y hogares una alfabetización digital que incluya respeto, privacidad, consentimiento y límites.

  2. Acompañamiento familiar activo: hablar sin juzgar, escuchar, enseñar a reconocer señales de manipulación y ofrecer confianza para pedir ayuda.

  3. Intervención temprana y denuncias: los colegios y servicios sociales deben estar preparados para detectar casos y canalizarlos hacia ayuda psicológica y legal.

  4. Regulación tecnológica: exigir a las plataformas sistemas efectivos de verificación de edad y detección automática de contenido sexual infantil.

  5. Apoyo psicológico y campañas públicas: ofrecer recursos gratuitos para víctimas y campañas que desmonten mitos sobre el “sexting” entre adolescentes.

El reto no es solo prohibir, sino crear un entorno digital seguro y educativo, donde la tecnología sea una aliada del desarrollo y no un espacio de vulnerabilidad.

La ONU subraya que proteger a la infancia online implica garantizar sus derechos humanos en el entorno digital: derecho a la privacidad, a la seguridad y al bienestar emocional. En palabras de un experto del estudio: “Si no abordamos la violencia digital, estamos fallando a una generación entera que vive en internet tanto como en el mundo real.”

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