El penúltimo latido

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02/04/2020 - 11:00
Enfermera cuidando de un paciente. El penúltimo latido

Lectura fácil

Estas semanas nos estamos dando cuenta de que hay muchas personas dejándose la piel cada día para salvarnos a todos. Corren de un lado a otro por los pasillos de urgencias y en tan sólo unos segundos, tienen que tomar las decisiones más importantes.

La situación en hospitales y residencias está siendo muy dura y de mucho riesgo por la falta de material y personal. El colectivo con mayor número de contagios es el sanitario.

Alba Garal, es enfermera y antropóloga. Ella está trabajando en las urgencias del Hospital de La Paz, en Madrid. Y aunque dice que el personal sanitario no son héroes, desde aquí quiero darles las gracias. Gracias por la labor que hacéis los que dais la vida a diario luchando, los que lleváis desde hace semanas la palabra sacrificio tatuada en la frente, los que no os rendís y seguís. Agradezcamos todos su labor expuestos cada día al contagio y brindaremos porque esta mierda por fin se acabe pronto.

Alba siempre ha tenido esta visión que busca la humanización en el proceso de curación y "en estos días la encuentro difícil de hallar".

Hoy publicamos un escrito de su puño y letra sobre la dificultad de la humanización sanitaria en estos días de intensa vorágine en La Paz.

Me gustaría escribir sobre algo esperanzador. Qué fuera de color verde fuerte y oliera a fresa y césped mojado. También me gustaría sentirme así, en vez de color gris, sin olor y con frío en los pies.

Puede parecer paradójico, pero en estos momentos las urgencias de La Paz son un país de cooperación, de enfrentamiento, de solidaridad y guerra. No he tenido que irme a unos campos de refugiados, ni a Bolivia, ni a viajar por el Sahel, para tener esa sensación profesional de urgencia y frustración. La sensación de que por mucho que des, siempre hay algo que se escapa de tu control. Porque no tienes material, no tienes compañeros suficientes, no hay logística que te permita respirar o algo más mundano. Mear. Trabajas con lo que hay. Ajo y agua. Da igual si es la selva amazónica y estás en una barca de madera con una perfusión de adrenalina colgada de un paraguas para salvar a un bebé, o en una planta de triaje en La Paz. Usas lo que tienes, sobrevives con tus medios y te las ingenias cómo puedes.

Al final de día te vas a tu casa con una sensación tibia. Si tienes suerte alguien te hace la cena. Post rutina de desinfección, baño y ropa en bolsa de basura separada de la de los demás. Sin abrazos, ni caricias. Te hacen la cena, pero no te besan. Das todo lo que puedes, con los recursos qué tienes y te echas a dormir...

Nos llaman héroes y no lo somos. Me duele cada persona que no encuentra una mano que la consuele. Me duele la prisa y la urgencia. La soledad del enfermo. La exigencia de la asepsia. Yo no quiero aplausos. Quiero compromisos. Yo no quiero bailes y reconocimientos. Quiero EPIS y medios. Quiero más personal. Compromiso político. Quiero no enfrentarme a la posibilidad de infectarme, porque no soporto la petición de auxilio de un paciente en la zona “sucia”. Donde solamente puedes pasar con protección.

Me he saltado los protocolos para evitar que un hombre en estado confusional se quite la mascarilla con reservorio, su única salvación. He entrado para evitar que una mujer joven se quede sin Oxígeno. Me he saltado los protocolos para darle agua a un hombre angustiado, porque tiene sed en su lecho de muerte y para ponerle morfina a una mujer que pedía auxilio, porque se ahogaba sentada en el borde de su camilla. Me he saltado los protocolos porque soy persona y profesional, y porque no hay nadie más. No somos suficientes y nadie me va a comprar la deuda de sus miradas. ¿Qué clase de héroes nos piden qué seamos?

Yo no quiero ser una heroína cuando significa perder la protección personal o la humanidad de mi trabajo. ¿Quién diablos me va comprar esa deuda a mí? Cuando el penúltimo latido de mi corazón busca excusas para no venderse al mejor postor…


Yo espero que cuando todo esto termine se reconozcan y se intenten mejorar las condiciones de los sanitarios.

La situación es extrema y nadie lo está pasando bien pero, Alba y todos sus compañeros, de punta a punta por todo el planeta, intentan hacerlo lo mejor que saben y con las condiciones que tienen. Es muy difícil trabajar sin material. En China estaban bien equipados y preparados, aquí nuestros médicos y enfermeros van disfrazados con bolsas de plástico para protegerse.

Ellos lo darán todo como siempre, de eso estoy segura. Así que cuando salgamos de esta espero también que aprendemos a ser más humanos.

Un día más, un día menos.

#NuestrosHéroes

Comentarios noticia

Enfermeras y enfermeros y demás personal sanitario

  • Autor: Anónimo (no verificado)
  • Fecha: Jue, 02/04/2020 - 19:38

Sois esos que devuelven la vida y más LA ESPERANZA. Mi aplauso y admiración.

esta es lá verdad

  • Autor: Anónimo (no verificado)
  • Fecha: Jue, 02/04/2020 - 23:09

me gustaría expresar mi admiración por el personal sanitario que se deja la vida cada vez que se encuentra con el enfrentamiento de la lucha de tener qué muchas veces tener que elegir que paciente que tratar y alavez ver cómo alguno se le va por no poder hacer algo más por el y no tener medios ánimo y mil gracias amén

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