El verano siempre acaba cuando anochece en el DCODE

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10/09/2019 - 13:42
DCODE

Lectura fácil

El pasado sábado 7 de septiembre pudimos disfrutar de una de las ediciones (a punto está el mítico festival madrileño de llegar a su décimo aniversario) más musicales que instagrameras celebradas hasta el momento.

Cartel de lujo, comodidad, zona infantil, gastronomía aceptable, organización inmejorable y tiempazo

Todo puesto a punto para disfrutar del festival que anuncia el fin del verano en Madrid.

Haciendo honor a uno de sus estribillos "te veía en todos putos lados", Carolina Durante inauguraba la edición DCODE2019, eso sí, a las doce de la mañana, algo a lo que no estamos acostumbrados. Los organizadores intuían que el grupo de moda era el cebo perfecto para que ya hubiera un gran número de valientes a primera hora y no se equivocaron. "Gracias por venir, yo no hubiera venido" bromeaba Diego Ibañez, el vocalista del grupo entre canción y canción. Ofrecieron su repertorio habitual, encabezado por ‘Las canciones de Juanita’, y con temas como ‘Necromantico’ o ‘Nuevas formas de hacer el ridículo’. Pero sin duda, si existía una buena excusa para asistir al 'festi' tan temprano -aún a sabiendas de que había que medir la energía para aguantar hasta el final y el final eran las 5 de la madrugada-, esa era acompañar a los madrileños gritando a los cuatro vientos 'Cayetano' mientras sacabas el móvil y llenabas los grupos de WhatsApp de tus amigos con audios que prometiste la noche anterior de esa canción que tantas veces habéis berreado.

El concierto dejó un sabor agridulce. La música se fue varias veces, pero el público estaba tan entregado que seguía coreando en vacío y al final el concierto se acabó con la mítica frase "ya va siendo hora de volver a casa".

La Casa Azul, gran reclamo de la mañana

Sorprendentemente allí se encontraban a las 3 de la tarde varios de miles de fans para disfrutar de la energía de Guille Milkyaway con 30 grados a la sombra. Menos mal que la carpa era techada y se hizo lo que se pudo para disfrutar de su setlist, del cual los hits más recientes ‘El momento’, ‘Podría ser peor’ o ‘El final del amor eterno’ están perfectamente acomodados. Prescindieron por completo de los más 'softs' y se concentraron en todas la bailables como ‘Superguay’, ‘Todas tus amigas' y la esperada 'Revolución Sexual'.

Aún quedaba mucho día por delante, de fondo sonaba St. Woods (que tardamos poco en darnos cuenta que nos gustaban menos que las arepas del foodtruck) y cuando aun no habíamos bailado a Viva Suecia, ni a Miss Cafeína, ni a Amaral, a los Doors, ni muchísimo menos a Caravan Palace o a Ley Dj, ya estábamos sudando como pollos.

A las 16:00 le tocaba el turno a Viva Suecia

Volvían un año más tarde al festival pero con su nombre escrito en grande. Ni el dedo roto de Rafa Val, ni el estado febril de Jess Fabric justo una hora antes (quien acabó subido a los altavoces), iban a impedir que por suerte (o por desgracia) inauguraran el primer escenario grande. Mostraron las nuevas canciones: "Algunos tenemos fe" y "Lo que te mereces", y demostraron que para grande, ellos. Viva suecia y Viva Murcia.

Miss Cafeína: primer baño de masas

Los que se habían ido a recargar energía cual dynamo y los que pisábamos el DCODE por primera vez este año, llegábamos al final de Tom Odell, muchos y muchas lo tenían como one hit wonder y sorprendió gratamente. Recuerda a ratos a Elton Jhon, Madness o Supertramp. Y justo a tiempo para disfrutar del directazo y de la energía festivalera en su máximo exponente con el indie electrónico de Miss Cafeína.

Atardecía en el DCODE con un cielo anaranjado que le daba un toque al festival que hacía que nada hubiera que envidiarle al mismísimo Coachella, con Eels de fondo, que comenzaron con la versión de The Who 'Out in the street' y luego hicieron lo que les vino en gana, muy propio del estilo de su cantante Mark E. y The Cardigans, tocando en España 10 años después, celebrando con su gira el vigésimo aniversario de su álbum 'Gran Turismo'. Aunque el público no dejó de bailar y disfrutar, este concierto fue más calmadito que el anterior y era momento de, cerveza en mano, acercarse a los foodtrucks y tumbarse un rato en el césped porque a las 10:30 había que volver a darlo todo con Amaral.

Y entonces, aquello de pronto parecía un viaje de vuelta a los 90's y por eso llegó Eva como una auténtica astronauta; demostrando por qué era la verdadera cabeza de cartel. El grupo formado por la misma y Juan Aguirre, levantó el festival madrileño con una inteligente combinación de canciones. Echamos un poco de menos alguna que otra más antigua pero el repertorio entre cómo hablar si casa parte de mi mente es tuya, este es el día de la revolución, son miiiiissss amiiigooooos y las de su recién estrenado disco Salto al color funcionó perfectamente para que los 20.000 presentes sin contar a los camareros se pusieran a cantar y bailar. Directo impresionante.

Cuando empezaron a sonar los primeros acordes de los Two Door Cinema Club, las primeras filas estaban ocupadas por la mayoría de público treintañero que este año inundaba el festival reclamando que las canciones de su nuevo álbum 'False Alarm' no estaban mal pero que ni de lejos eran 'What you know', 'Something good can work' o 'I cant talk'. Que por supuesto acabaron tocando para su consuelo.

Y después de 12 horas brincando, llegaban Caravan Palace y Ley Dj y nos pedían ponernos a bailar

El sentimiento de "mira, yo ya no puedo más" duró los dos primero minutos de la primera canción. Caravan mola mil y hacen que los pies se te mueva solos, no solo crean buen swing, son todavía mejor electrónica. Y Ley Dj, me atrevería a decir que uno de los mejores cierres de festival en años.

Total, que la fuerza festivalera nos atraía como un imán, porque daba la sensación de que si te ibas en ese momento (ese momento era cualquier momento), te ibas a perder algo, y aguantamos hasta el final.

Cuando quisimos darnos cuenta de que todo había sido ji ji, ja ja, el DCODE había terminado y con él, oficialmente el verano en Madrid. Y ahora ¿què fem, Merlí?, ¿va, què fem? ¡Riure, riure, nen!

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