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Movilidad inclusiva: 85 % españoles la ve como derecho universal

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12/11/2025 - 08:40
PErsona en silla de ruedas un autobús

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La capacidad de moverse libremente, acceder a servicios, educación, empleo y ocio es fundamental para la participación plena en la sociedad. Para una gran parte de la población, esta movilidad se da por sentada, pero para millones de personas con discapacidad o movilidad reducida, es un desafío constante debido a las barreras físicas y sociales. En este contexto, un dato emerge con contundencia: el 85 % de los españoles considera la movilidad inclusiva como un derecho universal. Esta cifra, que refleja una profunda conciencia social, no es solo una estadística, sino un potente llamado a la acción para transformar nuestras ciudades y sistemas de transporte en espacios verdaderamente accesibles para todos.

Analizar las implicaciones de esta percepción mayoritaria, los desafíos existentes y las soluciones necesarias nos permite comprender el camino hacia una sociedad donde la movilidad inclusiva deje de ser un privilegio para convertirse en un derecho innegociable.

¿Qué es la movilidad inclusiva y por qué es un derecho universal?

La movilidad inclusiva se refiere a la capacidad de todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas, sensoriales, cognitivas o su edad, para desplazarse de forma autónoma, segura y cómoda por su entorno. Esto abarca desde el acceso a edificios y espacios públicos hasta el uso del transporte, la comunicación y la información.

Se considera un derecho universal porque está intrínsecamente ligada a otros derechos fundamentales:

  • Derecho a la autonomía personal: Poder decidir y ejecutar sus propios movimientos.
  • Derecho a la igualdad y no discriminación: Evitar que las barreras físicas impidan la participación social.
  • Derecho a la educación, al trabajo y al ocio: La movilidad es el puente para acceder a estas oportunidades.
  • Derecho a la participación social: Poder interactuar con la comunidad y el entorno.

El hecho de que un 85 % de los españoles lo reconozca como tal demuestra que la sociedad ha comprendido que la accesibilidad no es solo un asunto de "minorías", sino un beneficio para todos y un indicador de la calidad democrática de un país.

Las barreras invisibles y visibles que impiden la movilidad inclusiva

A pesar de los avances normativos (como la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social), la realidad cotidiana aún presenta numerosas barreras:

  1. Barreras arquitectónicas:
    • Aceras estrechas, en mal estado o con obstáculos (señales, mobiliario urbano).
    • Rampas con excesiva pendiente o sin pasamanos.
    • Ausencia de pasos de cebra accesibles o con semáforos sin señalización acústica.
    • Edificios sin ascensores o con puertas demasiado estrechas.
    • Escaleras sin alternativas accesibles.
  2. Barreras en el transporte público:
    • Autobuses sin rampas operativas o plazas reservadas.
    • Metro o trenes sin ascensores, escaleras mecánicas estropeadas, o con huecos excesivos entre andén y vagón.
    • Taxis no adaptados.
    • Falta de información audible o visual en paradas y dentro de los vehículos.
  3. Barreras en el transporte privado:
    • Falta de plazas de aparcamiento reservadas o su ocupación indebida.
    • Dificultad para acceder a vehículos adaptados o a ayudas para la conducción.
  4. Barreras de información y comunicación:
    • Señalética poco clara, ilegible o sin formatos alternativos (Braille, pictogramas).
    • Páginas web y aplicaciones de transporte no accesibles.
  5. Barreras sociales y de actitud:
    • Falta de sensibilización por parte de algunos ciudadanos que obstaculizan pasos o plazas reservadas.
    • Prejuicios o desconocimiento sobre las necesidades de las personas con discapacidad.

`Soluciones y el camino hacia la accesibilidad universal

La exigencia de la ciudadanía debe traducirse en acciones concretas y políticas públicas ambiciosas:

  1. Diseño Universal:
    • El principio fundamental es diseñar entornos, productos y servicios que sean utilizables por todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado.
    • Desde la planificación urbana hasta el diseño de aplicaciones, la accesibilidad debe ser un criterio inicial, no una adaptación posterior.
  2. Inversión en infraestructuras accesibles:
    • Programas de eliminación de barreras arquitectónicas en ciudades (aceras, cruces, edificios públicos).
    • Modernización del transporte público para que toda la flota sea accesible (autobuses con rampas automáticas, metro con ascensores en todas las estaciones, trenes adaptados).
    • Creación de itinerarios peatonales accesibles y seguros.
  3. Tecnología al servicio de la inclusión:
    • Desarrollo de aplicaciones de navegación que indiquen rutas accesibles.
    • Información en tiempo real en transporte público en múltiples formatos (visual, auditivo).
    • Vehículos autónomos que puedan adaptarse a las necesidades de cada usuario.
  4. Formación y sensibilización:
    • Campañas de concienciación dirigidas a la ciudadanía para fomentar el respeto y la empatía.
    • Formación específica para profesionales del transporte y servicios públicos sobre cómo asistir a personas con discapacidad.
  5. Marco normativo y su cumplimiento efectivo:
    • Es crucial no solo tener leyes, sino asegurar su cumplimiento riguroso y aplicar sanciones cuando no se respeten los plazos y las especificaciones de accesibilidad.
    • Fomentar la participación de las asociaciones de personas con discapacidad en la planificación y evaluación de las políticas de accesibilidad.
  6. Desestacionalización y diversificación:
    • Promover no solo el turismo de montaña accesible, sino todas las actividades de ocio accesibles durante todo el año.
    • Apoyo a productores locales: Fomento del consumo de productos de kilómetro cero en restaurantes y tiendas de la estación.

Beneficios de la movilidad inclusiva para toda la sociedad

Invertir en movilidad accesible no beneficia solo a las personas con discapacidad; es una inversión con retorno social para todos:

  • Mayor autonomía: Para personas mayores, padres con carritos de bebé, personas con lesiones temporales.
  • Ciudades más amigables: Entornos más cómodos y seguros para todos los ciudadanos.
  • Dinamismo económico: La accesibilidad abre nuevas oportunidades de consumo y turismo para un segmento amplio de la población.
  • Sociedad más justa y equitativa: Refuerza los valores democráticos y la cohesión social.

El rotundo 85 % de los españoles que considera la movilidad inclusiva un derecho universal es un mensaje claro e inequívoco. La sociedad ha avanzado en su comprensión de la accesibilidad como un pilar de la dignidad y la participación. Ahora, es el turno de las administraciones, empresas y, en definitiva, de todos, para transformar este sentir mayoritario en una realidad tangible. Ciudades y transportes accesibles no son una utopía, sino una exigencia social que debemos convertir en la norma para construir una España donde todos y todas puedan moverse libremente y vivir con plena autonomía. La inclusión es el camino hacia un futuro más justo y humano.

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