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La extrema derecha ha encontrado un nuevo caladero para sembrar su ideología. Lejos de los locales lúgubres y las estéticas marginales del pasado, la nueva ultraderecha española se viste con ropa de deporte, levanta pesas y graba pódcast. Un reciente y exhaustivo reportaje de Newtral.es ha puesto el foco sobre Núcleo Nacional, un grupo que, bajo una apariencia de camaradería y superación física, esconde una peligrosa maquinaria de radicalización. Su estrategia es tan simple como efectiva: han convertido los gimnasios en su principal centro de captación y las redes sociales en su altavoz para difundir un discurso de odio.
Este grupo, que rechaza activamente la etiqueta de "neonazi" para evitar la persecución legal y el estigma social, utiliza sin embargo una simbología y una retórica que beben directamente de esa tradición. Su método es una sofisticada combinación de culto al cuerpo, propaganda digital y la creación de una comunidad excluyente que ofrece un falso sentido de pertenencia a jóvenes, mayoritariamente hombres, que se sienten descontentos con el sistema.
El gimnasio como campo de reclutamiento: Núcleo Nacional, la hermandad de los músculos
El punto de partida de la estrategia de Núcleo Nacional es el gimnasio. Han entendido que el entorno del entrenamiento de fuerza, con sus valores de disciplina, sacrificio y masculinidad tradicional, es el caldo de cultivo perfecto para su ideología. Su método de captación no es agresivo, sino sutil y progresivo.
Comienzan creando pequeños grupos de entrenamiento, a menudo bajo la apariencia de simples "grupos de amigos" que comparten la afición por las pesas. En este entorno de confianza y esfuerzo compartido, se empieza a introducir el discurso ideológico. Se habla de la necesidad de estar "fuerte" no solo física, sino también espiritualmente, para "defender los valores de siempre" frente a una sociedad que perciben como "débil" y "decadente".
Este discurso cala especialmente en jóvenes que pueden sentirse perdidos, que buscan referentes de fortaleza y que encuentran en esta "hermandad" un propósito y una identidad. El entrenamiento se convierte en una metáfora de la lucha política: forjar un cuerpo fuerte es el primer paso para forjar una nación fuerte.
Propaganda 2.0, la estética moderna del odio
El segundo pilar de su estrategia es una cuidada presencia digital. Núcleo Nacional utiliza plataformas como Instagram, TikTok y, sobre todo, Telegram, para difundir su propaganda. Su estética es deliberadamente moderna y atractiva para un público joven. Huyen de la simbología nazi más explícita en sus perfiles públicos, optando por una iconografía que mezcla elementos históricos, paganos y una estética de gimnasio.
Sin embargo, en sus canales más privados, como los grupos de Telegram, el lenguaje y los símbolos se vuelven mucho más directos. Utilizan iconografía de extrema derecha reconocida, como la cruz celta o el Totenkopf, y difunden un discurso de odio sin tapujos.
Además del contenido visual, han apostado por formatos como los pódcast y las entrevistas en vídeo, donde sus líderes exponen su ideología de una forma más elaborada, mezclando análisis político simplista con mensajes de autoayuda y superación personal. Esta combinación es peligrosa, ya que presenta un discurso de odio envuelto en un paquete de aparente rebeldía y desarrollo personal.
La ideología detrás de las pesas
Aunque intenten presentarse como un simple movimiento identitario, la ideología de Núcleo Nacional se asienta sobre los pilares clásicos de la extrema derecha radical:
- Ultranacionalismo español: Defienden una visión esencialista y excluyente de la nación española.
- Discurso anti-inmigración: Es uno de sus temas centrales. Vinculan de forma constante la inmigración con la delincuencia, la pérdida de la identidad nacional y una supuesta "invasión" cultural.
- LGTBIfobia y antifeminismo: Atacan frontalmente los avances en derechos LGTBI y la igualdad de género, a los que consideran síntomas de la "decadencia moral" de Occidente.
- Rechazo al sistema democrático: Muestran un profundo desprecio por el sistema político actual, al que califican de "corrupto" y "traidor", y abogan por un modelo autoritario no definido.
En definitiva, la estrategia de Núcleo Nacional es un manual de la radicalización del siglo XXI. Han sabido detectar las frustraciones de una parte de la juventud y les han ofrecido una respuesta simple y peligrosa: la culpa es del otro (el inmigrante, la feminista, el político) y la solución es la fuerza y la exclusión. Su capacidad para mezclar un estilo de vida atractivo con una ideología de odio los convierte en una amenaza que no puede ser subestimada.
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