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La situación de las pensiones en España empieza a despertar cierta preocupación. No solo por la herencia que dejó en este aspecto la crisis de 2008, que la hucha destinada a esta prestación social haya sido consumida o que el panorama económico actual se presente complicado. Existen otros factores como el relevo generacional, poco asegurado debido a la caída de la natalidad, o la cada vez mayor introducción de la tecnología en el mercado laboral.
Se lleva hablando ya algunos años sobre la destrucción de puestos de trabajo provocados por la robotización de muchas actividades, y en este sentido, desde la Unión General de Trabajadores (UGT), advierten de que ya estamos en ese escenario, remarcando además de que "el aumento de la robótica sin mediar remedios sociales, genera desempleo neto y precariza las condiciones de trabajo", algo que también pone en riesgo el sistema de pensiones.
Propuestas para salvar el sistema de pensiones
Desde este sindicado, ven con preocupación la cada vez mayor robotización de los puestos de trabajo y las consecuencias que esto pueda tener a futuro. Por este motivo, han lanzado una serie de propuestas al Gobierno central, para que se tomen medidas más contundentes en cuanto a la protección de las pensiones, para evitar una "catástrofe social y laboral". Una catástrofe que cada vez se encuentra más cerca.
En las cifras que se manejan desde la UGT, se muestra que el número de robots, en los medios de producción, se ha incrementado en un 262 %, mientras que la oferta laboral de la industria ha descendido en un 17 %. Estos indicadores muestran una relación implícita que supone que por cada nuevo robot industrial se destruyen casi dos empleos (1,6). Aunque estas cifras son malas, los pronósticos empeoran, ya que se prevé que el ritmo de destrucción de empleo se multiplique por cuatro.
De esta forma, para 2030 se espera que los puestos de trabajos destruidos por la introducción de robots pase de un 1,6 a un 6,4. Por supuesto esto tendrá importantes consecuencias en todo el sistema tributario y de reparto de la riqueza a través del Estado, lo que por supuesto impacta de forma directa en las pensiones. Por ello, el sindicado insta a "desarrollar nuevos sistemas fiscales y de cotizaciones sociales", que otorguen "sostenibilidad al Estado del Bienestar en general, y a los sistemas públicos de pensiones".
Robots cotizantes y jornadas de 32 horas
Dentro de las propuestas emitidas por la UGT, destaca una que se centra precisamente en el hecho de que los robots acaban destruyendo puesto de trabajo. En este sentido, piden crear "nuevas figuras" tributarias, que estén ligadas a la productividad que generan los robots, o tomando el cuenta el ratio de puestos de trabajo destruidos por su introducción, haciendo que los "beneficios de nuevas tecnologías se repartan de una manera más justa y equitativa".
Por otro lado, también impulsan "un modelo de 32 horas de trabajo distribuidas en 4 días a la semana, sin ninguna pérdida de poder adquisitivo", para generar una mayor distribución del trabajo y asegurar la recaudación y que esto a su vez funcione como garante de las pensiones futuras.
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