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El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) tiene como principal misión acompañar a la ciudadanía en la búsqueda activa de empleo, así como en solventar y tramitar todos los expedientes necesarios para poder acceder a las diferentes modalidades de subsidios, ayudas y programas que tienen como fin ofrecer una cobertura económica a las familias mientras los usuarios encuentran un trabajo.
Un país que se precie de ser un estado de Bienestar debe garantizar a la ciudadanía una cobertura eficaz y suficiente para poder mantener un nivel de vida digno cuando se está desempleado. Es una herramienta que debe estar al servicio de la población activa, en tanto que esta aporta con su contribución laboral a sufragar las retenciones cuyo fin es, precisamente, dotar económicamente a este servicio para que cumpla su vital función.
Por tanto, es un engranaje el del SEPE, que debe funcionar con las máximas garantías, ya que de ello depende la excelencia de sus servicios y de los programas, ayudas y subsidios que pueda ofrecer y, por supuesto, tener a unos legisladores sensibles a la hora de robustecer estas políticas que, a fin de cuentas, las puede necesitar cualquier persona y, por supuesto, que estas herramientas se ejecuten en función equitativa a la aportación realizada, como de hecho ocurre.
Por tanto, España es un país garantista en cuanto al acceso a prestación del SEPE se refiere, ya que existe un amplio catálogo de servicios puestos a disposición por esta entidad pública con el fin de conseguir atajar el desempleo y mejorar las condiciones de la empleabilidad. Además de los subsidios contributivos, a los que puede acceder cualquier trabajador que haya generado ese derecho con sus retenciones, existen otras prestaciones que, si bien no han llegado al mínimo de aportación, también están pensadas para solventar la pérdida de capacidad económica que lleva aparejado el hecho de perder un trabajo.
Un amplio catálogo de ayudas para los desempleados
Así pues, cuando una empresa prescinde de los servicios de un trabajador o se ha agotado un contrato, el empleado ha generado una serie de derechos que le da acceso a algunas prestaciones. En primer lugar, la más común y extendida es el paro o prestación contributiva por desempleo, así como la prestación extraordinaria para artistas, que son ayudas que se enmarcan dentro de la aportación que durante el tiempo activo el empleado ha generado gracias a sus aportaciones con las retenciones aplicadas en su nómina. Por tanto, perciben su subsidio con base en la contribución y tiempo que durante su etapa activa hayan aportado
Sin embargo, el SEPE contempla otros muchos factores a la hora de ampliar su catálogo de servicios y tiene muy en cuenta circunstancias concretas que afectan a sectores concretos de la población activa y que vienen a poner fin a esos desequilibrios detectados. En este rango de ayudas se encuentra el subsidio para mayores de 52 años, así como otras aportaciones como la que se formaliza por cotización insuficiente, la ayuda familiar, el subsidio para mayores de 45 años o el extraordinario por desempleo y el de los emigrantes retornados. Todos estos colectivos presentan por edad o por circunstancias personales unas peculiaridades que dificultan más su acceso al mercado laboral y es por ello que el SEPE, con base en unos requisitos, dispone estas ayudas.
Algo parecido ocurre con el llamado subsidio para liberados de prisión, que está dirigido a aquellos expresidiarios que son reinsertados en la sociedad o el subsidio por revisión de incapacidad. Especial mención merece el subsidio agrario y la renta agraria que da cobertura a un sector inestable, ya que depende, en muchas ocasiones, a campañas y circunstancias tales como la climatología o la cosecha, que no depende de la voluntad de nadie, por tanto, hay que ofrecer una alternativa real y factible a estas personas. También se atiende a una parte de la población con la Renta Activa de Inserción, más conocida como RAI.
Autónomos y emprendedores también tienen sus herramientas
Por último, aquellas personas que optan por trabajar por cuenta propia, también cuentan con una serie de garantías y de ayudas que van encaminadas a fortalecer sus derechos. Entre ellas, está la prestación ordinaria por cese de actividad; sin embargo, existen incentivos como la tarifa plana de autónomos o la capitalización del paro, medias, ambas, que buscan que quién desea emprender pueda disponer de una suma económica a su disposición para ello y a todo esto se suman las bonificaciones y reducciones en cuotas de la Seguridad Social.
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