Lectura fácil
Memorizar es uno de los principales trabajos de nuestro cerebro. Esto nos ha ayudado en nuestra evolución a lo largo de toda la historia de la humanidad, ya que es la base del aprendizaje y de la creación y ampliación del conocimiento. Gracias a esta herramienta hemos podido mantenernos vivos como especie e incluso potenciar nuestra capacidad cognitiva. Sin embargo, no siempre resulta una tarea sencilla y nos cuesta mantener lo aprendido.
El premio Nobel de física Richard Feynman, que ganó dicho galardón por sus importantes contribuciones a la investigación de la electrodinámica cuántica, desarrolló lo que hoy se conoce como la técnica Feynman, y que consiste en memorizar conceptos asentándolos en nuestro cerebro para que no los olvidemos, es decir, que lleguemos a aprehender. La técnica tiene una base sencilla: asimilar conceptos a través del acto de enseñar.
Los 4 pasos para memorizar sin olvidarlo nunca
Para Feynman, lo más importante para asimilar un concepto no era simplemente memorizar aquello que se necesitaba, sino que era necesario ser capaces de explicarlo con nuestras palabras de forma sencilla. "Cualquiera puede complicar un tema, pero solo alguien que lo entienda puede simplificarlo", aseguraba el físico. Al ser capaces de simplificar un tema, nuestro cerebro demuestra que ha comprendido del todo el concepto y difícilmente podrá olvidarlo.
Estos son los 4 pasos que propuso Feynman para no olvidar lo aprendido:
Escribe manualmente el concepto
En la era digital estamos muy acostumbrados a escribir en ordenadores o móviles, sin embargo, escribir a papel o manualmente tiene importantes beneficios a nivel cerebral, ya que el movimiento de la mano activa zonas neuronales que no solo nos ayudan a memorizar mejor, sino que además nos ayudan a asimilar mejor aquello que estamos estudiando o queremos aprender.
Por eso en el primer paso para seguir esta técnica, debemos escribir todo aquello que sepamos sobre el tema a mano, y además utilizando un lenguaje sencillo y fácilmente comprensible.
Explícalo como si lo hicieras para un niño de 12 años
De la misma forma que utilizar nuestras manos para escribir es importante, también lo es el poder escucharnos. El oído tiene una conexión especial con la memoria, así que explicar lo que estamos intentando memorizar en voz alta nos ayudará a asentar el concepto. De esta misma forma, es importante hacerlo como si se lo contásemos a un niño de 12 años, es decir, utilizando conceptos sencillos.
Detente a reflexionar
La reflexión es una parte muy importante para nuestro cerebro. Somos seres pensantes y por tanto desmenuzar conceptos, no solo nos ayuda a generar nuestra propia visión sobre el tema, sino que también nos ayuda a profundizarlo y protegerlo en nuestra memoria. Una vez hecho esto, vuelve a la información inicial para reforzar su comprensión.
Revisa y organiza
Ordenar y revisar los conceptos te llevará mucho más allá que simplemente memorizar. Por eso muchas técnicas de estudio o aprendizaje utilizan sistemas de esquemas. Hazlo de forma física, es decir, organiza el material con el que cuentas en carpetas o por secciones, para que tengas claro dónde debes acudir cada vez que necesites revisarlo.
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