Álex Roca, referente en deporte y discapacidad

Álex Roca es todo un ejemplo de deportista. Pese a los diagnósticos de los médicos, que aseguraban que no superaría su parálisis cerebral, el joven ha conseguido convertirse en todo un ejemplo de deportista. Tiene parálisis cerebral, una discapacidad producida por una lesión en el cerebro que afecta a la movilidad y a la postura de la persona, limitando su actividad. Puede ir acompañada de una discapacidad sensorial o intelectual como informa la Asociación de Parálisis Cerebral (ASPACE).

Parálisis Cerebral

Los trastornos se manifiestan en los primeros años de vida y no empeoran con el tiempo, aunque, a día de hoy “no existe cura para la parálisis cerebral”. El tratamiento es la única manera de ralentizar o hacer menos visible su aparición. Aquí se incluyen medicinas, aparatos, terapia física, ocupacional y del habla.

Álex Roca: una historia de superación con todos los ingredientes

Sufrió a los seis meses un herpes cerebral que le causó la parálisis y una discapacidad física del 76% y también ha tenido una hemiplejia. Esto no le ha frenado para poder seguir el paso de sus sueños. Ha asegurado que “el deporte es mi vida”. Afirma también que le “ha ayudado a ponerse retos y a superarse a sí mismo”. Entre sus últimas participaciones destacan cuatro triatlones y un acuatlón, además de la Orbea Monegros, la Pilgrim Race y dos Titan Desert.

Los médicos que siempre han sido tan pesimistas con él le dijeron a sus padres que dada su situación “había dos opciones con él”: que se muriera o que se quedara en estado vegetativo. “Gracias a un medicamento que hacía pocos años que existía y que estaba en fase experimental, los médicos pudieron frenar la evolución del herpes y me salvaron la vida”, ha indicado con motivo de la publicación de su libro ‘El límite lo pones tú’ de Grijalbo.

Álex Roca durante el final de una prueba / Corredor

Tuvo dos operaciones de tendones en los pies, ya que tenía una curvatura muy prolongada y ha podido mejorar la movilidad en el brazo izquierdo, el cual tenía pegado al cuerpo, gracias a un trabajo incansable de los fisioterapeutas y a su mentalidad de guerrero. Los médicos del hospital catalán Sant Joan de Deu vieron que a nivel intelectual no estaba afectado y por ello, le propusieron aprender lengua de signos, que es actualmente el sistema que utiliza para poder comunicarse.

En cuánto a la movilidad, el factor emocional fue vital en la vida del joven. El apoyo incansable de su abuelo fue la muleta que le sostuvo para poder seguir aprendiendo. Él ha asegurado que “cada vez que venía a verme a casa me ponía de pie apoyado en la pared y me animaba a soltarme. Pero a mí me daba mucho miedo porque no me sentía las piernas y pensaba que me caería de morros al suelo. Entonces él me decía, ‘vamos, Álex, agárrate de mi dedo y da un paso. Él ha concluido que gracias a sus intentos y a la tenacidad de su abuelo, consiguió su objetivo.

Ha publicado su historia en el libro “El límite lo pones tú”

Alex Roca ha tenido una infancia y una juventud mucho más difícil que el resto de gente de su edad. Ello le ha llevado a que los primeros años de su vida hayan sido una carrera de 100 metros valla constante. Sin embargo, a día de hoy tiene una vida totalmente normal. Ha estudiado un grado medio de Contabilidad y Finanzas y un grado superior de Integración Social y ahora ha encontrado su hueco dando charlas motivacionales.

Ha mantenido que “disfruta mucho dando charlas y demostrando a la sociedad que el límite se lo pone uno mismo, y al mismo tiempo acercando a la sociedad a la discapacidad”. También ha señalado que no le gusta nada esa palabra. Me gusta ver que somos personas con capacidades diferentes y nos gusta que nos traten como a los demás”. El deportista ha concluido que “a pesar de mi parálisis no he dejado de hacer nada en la vida”.

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