La moda de bordar no desaparece después de los confinamientos

El tiempo de confinamiento, sobre todo con los datos de COVID-19 en sus picos de contagios diarios, supusieron cambios de hábitos y quehaceres a un nuevo nivel. Uno nunca visto. Aparte de hornear un sinfín de recetas, una de las modas que se convirtió en actividad diaria fue el bordado, una que de forma sorprendente no ha desaparecido después de los periodos crudos de confinamiento social.

Cada uno vivió estos tiempos de una manera distinta. Algunos prefirieron aprender idiomas por internet, otros, hornear recetas caseras. No fueron pocos los que se dedicaron a actividades manuales, y dentro de ellas el bordado fue una de las más interesantes, sobre todo por involucrar a toda la familia -las abuelas y madres suelen ser las indicadas para saber hacerlo- y por ser una disciplina fácil de enseñar a los más jóvenes, que con la motivación de personalizar sus prendas tenían más que suficiente para interesarse. Un vivo ejemplo de que la tendencia no ha acabado con los periodos de confinamiento es que las máquinas de bordar siguen en máximos de ventas, si bien es cierto que para iniciarse en esta práctica -más que nada, para pequeñas personalizaciones de prendas- todo se puede hacer con aguja y de forma manual.

La actualidad del bordado denota su importancia histórica

Hace muchos años, las escuelas de oficios e incluso algunos institutos religiosos ofrecían una formación en este tipo de manualidades a los jóvenes. No en vano fueron épocas donde el bordado se podía encontrar en diferentes piezas de moda, desde prendas de vestir hasta cuadros o empaques de productos.

Y como solía decir un escritor, la historia no se repite, pero rima, y en la actualidad y con un contexto histórico importante e inédito, la práctica de estos oficios volvió a marcar una tendencia no solo en la formación y el aprendizaje autodidacta de muchas personas, sino también con su repercusión en la moda, en prendas de vestir, en cuadros, arte en general y hasta en packaging.

La ecología y ocupar el tiempo libre

Las tendencias de moda actuales están cargadas de mucha nostalgia, y dentro de ello el papel del bordado es inocultable. Muchas marcas internacionales han utilizado el bordado en sus nuevas colecciones, lo que además sirve como un homenaje a la resistencia de la humanidad ante uno de los periodos más grises de su historia reciente.

La ecología, gracias a las fibras utilizadas para crear las piezas bordadas, ha sido otro argumento significativo para los principales protagonistas de esta tendencia.

Renovar el armario a coste cero

O casi cero. La cantidad de personas que aprendieron el oficio de bordar durante el confinamiento, particularmente como una actividad que les alejara del aburrimiento y de la rutina del encierro, hoy han podido con su ingenio, con redes sociales que sirven como recurso para ideas, y con equipos sencillos como las máquinas de bordar, personalizar todas sus prendas de vestir, objetos para su hogar o hasta renovar desde cero el armario, con técnicas que son lo suficientemente sencillas como para crear prendas nuevas con mucha facilidad y rapidez.

El bordado, un negocio en auge

La nostalgia, pero también la utilidad. Las prendas de vestir bordadas tienen la ventaja de ser cálidas y muy durables, lo que significa que su interés ha crecido por parte de las personas que buscan prendas de vestir, de decoración de espacios y hasta como elementos distintivos para sus productos.

Por eso, no es en ningún momento una mala idea plantearse un emprendimiento en el sector, y de hecho, es una de las razones de que las máquinas de bordar estén en niveles máximos de búsqueda y compra online, por ser lo único -teóricamente- que hace falta para la producción de piezas bordadas, por el apalancamiento operativo que ofrece, por su facilidad de uso y por lo fácil que puede amortizarse el coste.

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