El oro de Sudán del Sur financia la guerra de Putin y envenena a su población

Enviado por Sharon Arispe el Jue, 27/04/2023 - 12:06

Aunque no es la primera vez que oímos hablar de Sudán del Sur, lo cierto es que este país tienes escasos años de vida. Su independencia de Sudán del Norte se inicia en los años 80, pero no será hasta el 2011, impulsado por la Primavera Árabe, cuando consiga finalmente constituirse como un Estado. Sin embargo, esta independencia tuvo un alto coste para el país, un coste que ha sufragado en parte con miles de víctimas y con el descubrimiento de las minas de oro de Sudán.

Al proclamar la independencia, perdieron los ingresos que provenían del crudo que sacaban de los pozos, ya que estos se quedaron en las tierras del norte. Sin embargo, una "bendición" que ahora se convertido en maldición y que juega un papel clave en la guerra de Ucrania, salió a la luz entre el 2012 y 2013. El resplandeciente oro de Sudán del Sur se alzaba como la promesa para resolver la grave crisis económica del país y como vehículo a la estabilidad política.

Las minas de oro de Sudán del Sur, Rusia y una posible guerra civil

Sin embargo, la estabilidad no volvió a las tierras del Sudán, a pesar de la mejora económica. Actualmente, existen dos facciones en el poder tras un golpe de estado en 2019 en el que se derrocó al gobierno militar anterior. En la presidencia del país, y como jefe del ejército, se encuentra Abdel Fattah al Burhan, y junto a él gobierna Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti y jefe de las RSF, un grupo paramilitar de respuesta rápida.

No hace falta decir que ambos líderes se interesaron por el control de las minas de oro de Sudán del Sur, especialmente en este último periodo debido al importante incremento de su exportación. Según datos recopilados por la BBC, solo en 2022 se exportaron 41,8 toneladas de oro con un valor cercano a los 2.500 millones de dólares. Eso sin contar las exportaciones ilegales que viajan de contrabando a Rusia, la otra pieza de este enrevesado puzzle.

Mientras la tensión entre Hemedti y Abdel Fattah se eleva cada vez más, generando enfrentamientos bélicos en la capital, que ya se han cobrado un centenar de víctimas mortales y ha dejado más de mil heridos, por el control de las minas, que son además las más grandes del continente, Rusia extiende su mano hacia el oro de Sudán, que borbotea de las minas para financiar su invasión a Ucrania y evitar de esta forma el impacto de las sanciones económicas internacionales.

Lo que más preocupa es que estas tensiones acaben derivando en una extensa y potente guerra civil, ya que este oro se ha convertido en "una de las fuentes de financiación del RSF y que el ejército ve con cierto recelo", explicó en una entrevista para la BBC la experta en Sudán Shewit Woldemichael. El oro de Sudán se ha convertido en "un objetivo estratégico", añade.

Su impacto más allá de lo político

Pero más allá de las implicaciones políticas del oro, también se encuentran las que atañen a la población civil y al medioambiente. Las rudimentarias minas que se abren en el suelo para extraer este mineral se han cobrado la vida de centenares de personas desde que llevan abiertas, por los derrumbamientos. Pero mayores han sido las pérdidas humanas derivadas de la contaminación por mercurio, cianuro y arsénico, elementos que se utilizan para su extracción.

En 2020, un estudio en las vertientes de aguas cercanas a las principales minas de oro de Sudán, realizado por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Sudán, descubrieron niveles alarmantemente elevados de concentración de mercurio y de cianuro. "El uso de cianuro y mercurio definitivamente conducirá a un desastre ambiental en el país", señaló El Jeili Hamouda Saleh, profesor de Derecho Ambiental en la Universidad Bahri en Jartum, a una radio local.

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