El deporte femenino nunca ha sido mirado con los mismos ojos que el deporte masculino. Ni a nivel de audiencias, ni a nivel de información, ni a ninguno de los niveles que queramos comparar porque, lamentablemente esto no tiene comparación. Sin embargo, deberíamos mirar hacia dónde queremos ir y hacia dónde estamos yendo por ejemplo, en competiciones como los Juegos Olímpicos.
El deporte femenino pisa bastante más fuerte de lo que creemos con nombres tan ilustres como Carolina Marín o la joven Adriana Cerezo. Parece que el presente y el futuro más inmediato están más que asegurado pero… ¿Cómo llegan ellas hasta ahí?
Las becas y los patrocinadores privados suelen ser los mayores mecenas del deporte femenino
El deporte femenino y el talento femenino solo hay que verlo porque no está escondido en ningún lugar en que nosotros no hayamos mirado. El talento femenino sigue en los parques, en los campos, en los pabellones… Pero debemos prestarle más atención. Debemos informar de todo aquello que ocurre. Debemos dejar de invisibilizar estos talentos como si ocurre en otros campos como la ciencia.
La cobertura del deporte femenino es otro de los aspectos que debe cambiar. Y, de hecho, lo está haciendo, hace un par de años, un partido de fútbol femenino no llevaría tantos minutos de radio. Sin embargo, El Clásico que se ha disputado en Champions es una buena manera de medir este efecto. Además, sus éxitos empiezan a medirse internacionalmente. Todo ello comenzó a partir de la década de 2010 con deportistas como Mireia Belmonte o Ruth Beitia que se convirtieron en verdaderos referentes dentro de sus deportes.
Referentes que ni ellas ni una generación tan joven como la que lidera Alexia Putellas habrán tenido nunca. Ellas han puesto en el mapa al deporte femenino español y han logrado que también se avance en el punto de cobertura mediática explicado en el punto anterior.
¿Cuáles son las principales desigualdades a las que deben hacer frente?
La mayor desigualdad contra la que debe luchar el deporte femenino es la desigualdad salarial. Sin embargo, esto que es un hecho, se convierte también en parte del negocio, porque algunos eventos no generan el mismo dinero y, por ello, a veces es casi utópico pensar en una igualdad salarial efectiva. Aunque quizás, parte del problema sea la falta de cultura deportiva que hay en España.
La falta de cultura deportiva muchas veces nos lleva a denostar a deportistas españolas frente a deportistas extranjeros sean hombres o mujeres, porque lamentablemente esto se da en las 2 direcciones. A ello, hay que sumarle los últimos cambios que están sufriendo las normativas para incluir a las deportistas trans que, está siendo muy protestado por las propias mujeres. El caso más polémico es el de Lia Thomas, la nadadora estadounidense. Sin embargo, hace unos años, ocurría lo mismo con la atleta Caster Semenya. Estas desigualdades deben combatirlas ellas para poder seguir avanzando y así, animar a la sociedad a que avance con ellas.