Conservadores brasileños intentan frenar el aborto legal de una niña de 10 años violada por su tío

En Brasil las mujeres no se sienten seguras, pero callan por miedo. Una niña de tan sólo 10 años ha podido finalmente abortar tras superar la burocracia brasileña.

La pequeña estaba amenazada por su agresor, su propio tío. Fue el avance del embarazo lo que alertó a sus familiares, a las 22 semanas de gestación. Tras la detención del agresor y concederse el permiso para el aborto, la ministra de la Mujer del Gobierno de Bolsonaro, Damares Regina Alves, alentó en las redes a grupos conservadores que intentaron entorpecer el proceso.

Violada desde los 6 años y acosada para tener al bebé

Esta niña brasileña de la que hablamos hoy, con tan 10 años que quedó embarazada tras ser agredida sexualmente por su propio tío en São Mateus, estado de Espírito Santo.

La pequeña junto a su abuela, inició el procedimiento de aborto, después de que el Tribunal de Justicia de dicho estado le concediera ese derecho, previsto por la ley.

Al tratarse de una niña que sufría abusos desde que tenía seis años, el caso debería estar bajo secreto de sumario, como tantos otros en Brasil, para preservar a la víctima y por ser un asunto delicado, como lo es el aborto.

Los feminicidios preocupan mucho en el país, y precisamente este caso se ha convertido en una cuestión política después de que se filtrase a la prensa y la ministra de la Mujer, Damares Alves, lo comentase en sus redes sociales.

Cientos de niñas violadas se ven obligadas a recurrir a un aborto legal en Brasil

No necesitan una autorización de la Justicia ni que la opinión pública lo sepa.

EL PAÍS relata que la niña acompañada de su abuela y sus juguetes, se encontraba tranquila mientras esperaba el inicio de la primera etapa del procedimiento del aborto. La madre de la pequeña se marchó, su padre está en la cárcel, y el tío que la violó es un expresidiario.

Tanto la mujer mayor como su nieta le dejaron bien claro a la Justicia que querían ser amparadas por la legislación brasileña e interrumpir el embarazo.

El médico Olympio Filho, encargado de realizar el aborto, encaró la presión sin miedo a represalias. “Mantener el embarazo es un acto de tortura, es abusar de ella de nuevo, es que el estado abuse de ella igual o más de lo que ya ha sido”, afirma. Hay, también, un riesgo obstétrico, de hemorragia, además de una falta de estructura psicológica para asumir una maternidad fruto de una violencia, advierte Filho.

El debate del aborto tiene dividido al país

En la entrada del Centro Integrado de Salud Amauri de Medeiros (Cisam), donde se ha realizado el aborto, un grupo de personas cogidas de la mano le gritaban “asesino” al médico Olympio Moraes Filho director de la clínica.

En Brasil se está produciendo un movimiento sociológico de regreso a valores tradicionales. Pese a al liberalismo social predominante en el país, el conservadurismo asoma la cabeza y promueven ideas como la perspectiva de género.

El gobierno de Jair Bolsonaro, que reivindica situar a “Dios, familia y patria” en el centro de su política, ha tenido un fuerte impacto. Damaris Alves, ministra para las mujeres, la familia y los derechos humanos, es una pieza clave del movimiento conservador que aspira a recuperar valores que retroceden en Occidente.

Una de las últimas campañas de Alves ha consistido en promocionar la abstinencia sexual entre los adolescentes para evitar embarazos prematuros. Una medida defendida incluso por las Naciones Unidas tras el fracaso continuado de la promoción de los anticonceptivos, pero que sigue siendo un tabú para los progresistas.

Fue esta misma ministra quien difundió el caso de esta niña en redes sociales. Alves se manifestó en su página de Facebook, lamentando la decisión de la Justicia de autorizar el aborto.

Para Fagner Andrade Rodrigues, fiscal de la Infancia y Juventud de São Mateus, la interferencia externa, en este caso, es inadmisible. “La difícil elección íntima a cargo de la familia de la víctima de violencia no puede sufrir interferencias políticas, religiosas ni de cualquier naturaleza”, asegura. “Se trata de una vulneración abominable de los derechos humanos”, agrega. El aborto en los casos de violación de persona vulnerable (cuando la víctima tiene menos de 14 años o alguna discapacidad intelectual) está recogido en el Código Penal Brasileño desde hace 80 años.

“¡Cuánto sufrimiento!”, escribió la ministra Damares Alves, en su cuenta de Facebook. “Los médicos del estado de Espírito Santo entienden que el aborto a esa edad puede poner en riesgo la vida de la madre o dejarle con secuelas permanentes, como el útero perforado”, dice ella, algo que contradice la propia norma técnica del Ministerio de Sanidad.

La norma en Brasil prevé que en caso de violación se pueda realizar el aborto con hasta 22 semanas de gestación, o cuando el feto pese menos de 500 gramos

Cada hora, se viola a cuatro niñas brasileñas de hasta 13 años, según el Anuario Brasileño de Seguridad Pública, y la mayoría de los delitos los comete un familiar.

En 2018 se registraron más de 66.000 violaciones en Brasil, el 53,8% de niñas menores de 13 años.

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