El entorno de los discos planetarios, que son los lugares de formación de los planetas, tiene un papel “crucial” a la hora de determinar el tamaño y la vida útil de estos.
El parpadeo de las estrellas es un efecto óptico causado por la atmósfera terrestre. La luz que viaja desde el espacio se desvía al atravesar capas de aire con diferentes temperaturas y densidades, lo que hace que parezca que la estrella titila.
El Sol tiene una vida de aproximadamente 4.600 millones de años y se estima que le quedan unos 5.000 millones más antes de agotarse y transformarse en una gigante roja.
El campo magnético terrestre es un escudo invisible que protege la Tierra de la radiación solar y cósmica. Sin él, la atmósfera se debilitaría y la vida estaría en riesgo.
En un estudio publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, investigadores de la Universidad de Warwick han explorado el destino final del Sistema Solar dentro de cinco mil millones de años.