El informe De la pobreza al castigo revela que el encarcelamiento de mujeres ha aumentado un 57 % desde 2000, debido a la pobreza, el trabajo informal y la criminalización de su comportamiento.
Saydnaya, en Siria, fue una prisión donde miles de personas sufrieron torturas y murieron durante el conflicto de 2011. Tras la caída de Asad, muchos buscan a sus familiares allí.
En Finlandia, reclusos de dos cárceles colaboran con la startup Vainu para clasificar datos y entrenar inteligencia artificial desde 2019. Además, una prisionera trabaja con Metroc en una cárcel de alta seguridad.