Glaucoma ocular: Comienza su Semana Mundial

La Semana Mundial del Glaucoma busca llamar la atención sobre una enfermedad crónica que puede afectar muy gravemente a la visión, llegando a causar ceguera. Constituye la segunda causa de ceguera en el mundo occidental.

El Día Mundial del Glaucoma es el eje central de una festividad mucho más grande que es la Semana Mundial del Glaucoma que va desde el 12 al 18 de marzo de 2023. Durante toda esta semana los centros de salud proveen exámenes gratuitos para la detección temprana de algunas de las enfermedades que pueden degenerar el nervio óptico y así lograr frenar el avance del glaucoma.

¿Qué es el glaucoma ocular?

El glaucoma es una enfermedad ocular que se caracteriza por la pérdida de visión por un daño en el nervio óptico secundario, provocada generalmente, por un aumento de la presión intraocular.

El nervio óptico lleva la información del ojo al cerebro, por lo que si se daña, sus consecuencias pueden ser terribles. El glaucoma ocular resulta muy difícil de detectar hasta que se encuentra en una fase avanzada. No suele presentar síntomas. Los mecanismos causantes de esta enfermedad no son muy conocidos. Por lo tanto, los tratamientos encaminados a reducir la presión ocular son muy eficaces para prevenir la pérdida de visión.

Sólo en España cerca de un millón de personas tienen glaucoma y la mitad no lo saben

Una persona no es consciente de que tiene un glaucoma ocular hasta que ya tiene afectado cerca del 80% del campo visual. Actualmente el glaucoma es la segunda causa común de la ceguera.

Lo sufren cerca de unos 60 millones de personas en todo el mundo y se estima que para este 2020 la cifra suba 10 millones más. En realidad se trata de una enfermedad incurable, pero si se detecta a tiempo se puede frenar su avance.

Además, los familiares en primer grado de un paciente de glaucoma, tienen un 10% más de probabilidades de tener ellos también algún tipo de degeneración del nervio ocular.

Tipos de glaucoma

  • Glaucoma de ángulo abierto primario (POAG)

Este frecuente tipo de glaucoma reduce de forma gradual la visión periférica sin síntomas acompañantes. Para cuando se aprecian los síntomas, ya habrá ocurrido daño permanente. Puede progresar hasta desarrollar la llamada "visión de túnel", lo que significa que una persona solamente podrá ver objetos que se encuentren directamente delante de su ojo. Es posible la pérdida total de visión, causando una ceguera.

  • Glaucoma de ángulo cerrado

Produce síntomas repentinos como cefaleas, dolor en el ojo, halos, dilatación de las pupilas, pérdida de visión, ojos rojos, náuseas y vómitos.

  • Glaucoma de tensión normal

Puede provocar pérdida de visión de campo por daño en el nervio óptico. En este tipo, la presión intraocular se mantiene en los rangos normales.

Las causas del glaucoma de tensión normal se desconocen. Varios médicos coinciden que se relaciona a una mala irrigación sanguínea del nervio óptico.

  • Glaucoma pigmentario

Esta forma poco usual de glaucoma está provocada por la obstrucción del ángulo de drenaje del ojo, a causa de la liberación de los gránulos de pigmento del epitelio pigmentario del iris, reduciendo la cantidad de fluido que consigue salir del ojo.

  • Glaucoma secundario

Infección en el ojo, inflamación, tumor, o un aumento del tamaño del cristalino del ojo por una catarata.

  • Glaucoma congénito

Esta forma hereditaria de glaucoma se presenta desde el nacimiento. Estos niños nacen con ángulos cerrados u otro defecto en el sistema de drenaje del ojo.

Causas y síntomas

¿Cómo sé si tengo un glaucoma? El glaucoma se conoce como "ceguera silenciosa". El carácter asintomático de esta dolencia convierte el diagnóstico precoz en fundamental. Es muy importante que las personas con perfiles de riesgo, como los pacientes con antecedentes familiares, los diabéticos, las personas con miopía elevada o los mayores de 50 años se sometan a revisiones periódicas.

Según sus tipos, mencionados anteriormente, se puede dar síntomas como estos:

  • Hiperemia conjuntival.
  • Visión borrosa.
  • Disminución de la visión.
  • Dolor.
  • Fotofobia.
  • Disminución de profundidad entre la córnea y el iris.
  • Pupila dilatada y poco reactiva.
Fuente: martinezdecarneros.com

Tratamiento del glaucoma

El tratamiento que prescriba un especialista dependerá de las características concretas de la dolencia y del paciente. El factor común en todos los tipos de glaucoma es el daño que se produce en el nervio óptico secundario. Por eso, la gran mayoría de los tratamientos están dirigidos a controlar este factor.

  • Tratamiento farmacológico: gotas que se aplican una, dos o tres veces al día.
  • Tratamiento láser.
  • Tratamiento quirúrgico.

¿Cómo es la cirugía de glaucoma? ¿Es aconsejable?

Cuando las dos primeras líneas de tratamiento no son suficientes para bajar la presión intraocular y conseguir el objetivo marcado, se opta por el tratamiento quirúrgico. Estudiando cada caso se optará por un tipo de cirugía u otra.

La cirugía comprende ya sea tratamiento láser o un corte en el ojo. La cirugía puede ayudar a bajar la presión cuando los medicamentos no bastan. Sin embargo, no puede revertir la pérdida de la visión.

Los médicos generalmente recomiendan la cirugía láser antes que la microcirugía filtrante, a menos que la presión del ojo sea muy elevada o que el nervio óptico esté gravemente dañado. Por el contrario, la cirugía convencional comprende la generación de un orificio de drenaje mediante el uso de un instrumento quirúrgico.

¿Se siente dolor durante la cirugía?

En la mayoría de los casos, no se siente dolor. Suele realizarse con anestesia local. Generalmente, se utiliza un tipo limitado de anestesia llamada sedación intravenosa (IV). Además, se aplica una inyección alrededor o detrás del ojo para evitar el movimiento ocular.

¿Qué alimentos son buenos para el glaucoma?

Una dieta sana y variada rica en vitaminas, minerales, sustancias carotenoides y flavonoides, licopeno, luteína y zeaxantina protege frente a los radicales libres y, por tanto, es recomendable como posible factor preventivo del glaucoma y de otras enfermedades oculares, como las cataratas.

Además de realizar ejercicio de forma regular y mantener un estilo de vida saludable, también se puede reducir el riesgo de padecer glaucoma evitando el tabaquismo.

Es aconsejable evitar el exceso de carbohidratos, las harinas refinadas, los alimentos procesados como la bollería industrial, y los precocinados. Por ejemplo, cocinar los alimentos al vapor resulta mucho más saludable que hervirlos.