Cada 4 de enero se celebra el Día Mundial del Braille, una fecha que sirve para concienciar a la población sobre la importancia de este método de comunicación en las personas con discapacidad visual o ceguera.
El packaging y etiquetado en braille es una reivindicación que viene de lejos. Un hecho tan cotidiano como hacer la compra puede ser una gran odisea para personas con baja visión o ceguera.
En concreto, para conseguir esta inclusión, en las oficinas bancarias de muchos de sus mercados disponen de cajeros con sistema braille, además de guías auditivas complementarias.
El acceso a la información y a publicaciones en formatos accesibles es básico para las personas con déficit visual grave. Se trata de una cuestión muy importante para la educación, la igualdad de oportunidades y el desarrollo personal.