Confirmamos el mito: comer rápido sí tiene consecuencias para nuestro organismo

La forma y la velocidad en la que ingerimos los alimentos sí influye en nuestro organismo de manera negativa, por lo que es importante dejar a un lado el comer rápido y comenzar a hacerlo de una manera correcta para ayudar a nuestra salud. En GNDiario te ofrecemos algunos consejos para que los tengas en cuenta.

Diferencias entre comer rápido y comer despacio

Seguramente que en alguna ocasión hayas oído eso de que comer rápido puede hacernos engordar o entorpecer nuestra digestión. Pues bien, esos rumores son totalmente ciertos, por lo que se recomienda tener en cuenta algunos consejos a la hora de comer, así ayudaremos a nuestro organismo.

Lo primordial que todos debemos saber es que nuestra alimentación y posterior digestión comienza con la masticación, lo que da lugar a que trituremos los alimentos hasta mezclarlos con nuestra saliva y comenzar la formación del bolo alimenticio. Gracias a esto podremos ayudar a nuestra digestión.

El hecho de comer rápido, en la mayoría de las ocasiones, da lugar a que no se mastiquen bien los alimentos, lo que hace que lleguen a nuestro estómago totalmente enteros y con ello, ralentizar nuestra digestión y no obtener los beneficios que realmente necesitamos. Por eso, comer rápido puede hacer que nuestras digestiones sean mucho más pesadas y que el trabajo en el estómago y el páncreas sea más complicado.

En cuanto al mito de si comer rápido engorda más, la respuesta es sí. El hecho de no mantener los alimentos en la boca durante el periodo correcto hace que elijamos comidas con más grasa, sal y azúcar. Aun así, también puede ocurrir que no nos demos cuenta de que ya hemos comido lo suficiente, lo que hace que aumentemos la cantidad.

Algunos consejos para comer más despacio

Como hemos podido ver, comer más despacio puede ser muy beneficioso para nuestro organismo. Según señalan las expertas de CuídatePlus, estos son algunos consejos para comer más despacio y cuidar nuestro organismo tanto por fuera como por dentro.

  1. Dedica más tiempo al acto de comer. Es muy importante que la comida debe triturarse bien para que los alimentos también se digieran de manera correcta.
  2. Deja el cubierto en la mesa. Cada vez que nos llevemos un alimento a la boca, haremos pausas entre un bocado y otro.
  3. Toma bocados pequeños, te ayudará a masticar mejor e incluso a conseguir un hábito diario.
  4. Procura no utilizar cubiertos muy grandes.
  5. El uso de palillos puede ayudarte a comer más despacio.
  6. Evita tener conversaciones que te provoquen estrés.
  7. Procura que el ambiente durante la comida sea más relajado.
  8. No dejes que pasen muchas horas sin comer, así evitarás tener mucha hambre.
  9. Evita hablar mientras se come, ya que esto solo te causará ganas de comer más.
  10. Desconecta la televisión y el teléfono móvil para evitar cualquier tipo de distracción y así no comer rápido.