Con el frío vuelven los virus y aumenta la tos y el resfriado. Para proteger las vías respiratorias, hay que hidratarse, evitar el aire seco y el humo, ventilar la casa, comer frutas y verduras, y dormir bien.
Con la llegada del calor, muchas personas sufren piernas cansadas, una sensación de pesadez, hinchazón y fatiga provocada por la dilatación de las venas.
En verano, aunque muchas personas descansan o viajan, también pueden aparecer emociones negativas como estrés, ansiedad o frustración, especialmente por la presión social de “disfrutar al máximo”.
En verano, el sol, el calor, el cloro y el aire seco pueden causar sequedad ocular. Para cuidar tus ojos, bebe agua, usa gafas de sol, descansa la vista y evita el aire directo en la cara.