Hay que educar a las personas para que contribuyan, apoyen y se unan en esa construcción de un mundo más equitativo. Porque todas las personas que vivimos en una sociedad formamos parte de un mundo globalizado e interrelacionado.
La mayoría de los adolescentes (84 %) defienden a las víctimas de acoso de forma sostenida en el tiempo. Aunque también hay un porcentaje de escolares que no defendían y comienzan a hacerlo (5 %) con el tiempo.
La educación ofrece a los niños una escalera para salir de la pobreza y un camino hacia un futuro prometedor. Se está violando el derecho a la educación de muchos niños y eso es inaceptable.