El cambio climático ha alterado drásticamente la biodiversidad del planeta, lo cual favorece la transmisión de patógenos causantes de enfermedades como dengue, paludismo, asma, tuberculosis o ébola, entre otras.
Adoptar unos hábitos de vida saludables y abandonar otros sumamente perjudiciales puede ayudarnos a reducir el riesgo de padecer varios tipos de cáncer.