
Lectura fácil
¿Qué leen quienes escriben? Esa fue la pregunta que dio origen a un fascinante ejercicio literario: pedir a 125 escritores destacados que eligieran las diez obras de ficción más importantes de sus vidas. El resultado no solo ofrece una mirada íntima a las influencias de autores como Joyce Carol Oates, Stephen King o Jonathan Franzen, sino que también revela cómo la literatura actúa como hilo conductor entre generaciones, estilos y geografías.
A través de sus elecciones, estos escritores trazan un mapa emocional que los formó, los deslumbró y, en muchos casos, los impulsó a escribir.
Cuando los escritores eligen: las obras que forjaron su mirada
La lectura ha sido, desde siempre, el terreno fértil donde germina la escritura. No es una idea nueva, pero cobra fuerza cuando los propios escritores revelan qué libros moldearon su sensibilidad, su lenguaje y su mirada sobre el mundo. Esa fue precisamente la premisa de The Top Ten: Writers Pick Their Favorite Books, una obra que se propuso reunir las listas de lecturas fundamentales de 125 autores contemporáneos de Estados Unidos y el Reino Unido.
Figuras reconocidas como Jonathan Franzen, Joyce Carol Oates, Ann Patchett, Stephen King y Claire Messud compartieron los diez títulos que consideran esenciales. Podían elegir novelas, cuentos, poesía o teatro: cualquier forma de ficción que consideraran clave dentro de la gran tradición de la literatura. No era una encuesta para medir popularidad, sino una invitación a asomarse al mapa interior de sus influencias literarias.
¿Cómo se ordena el canon personal?
A cada libro se le asignaron puntos dependiendo de su posición en cada lista: diez puntos si ocupaba el primer lugar, uno si cerraba el top diez. Así se elaboró una clasificación general que, más allá de su carácter lúdico, ofrece una fotografía del imaginario de quienes viven rodeados de literatura.
Entre los más mencionados están Anna Karenina de Tolstói, Ulises de James Joyce, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez y Madame Bovary de Flaubert. Shakespeare, como era de esperarse, ocupa el lugar más alto entre los autores con mayor presencia en las listas, seguido por Faulkner, Henry James y Dostoyevski.
Este tipo de compilaciones plantea una pregunta inevitable, ¿qué significa que un libro sea "el mejor"? Para algunos, lo brillante puede ser lo que les transformó la vida; para otros, lo que representa una cima estética o técnica. David Orr, crítico del New York Times, lo expresó con ironía: “Primero defina qué entiende por ‘brillante’, y luego trate de encontrar consenso en eso”.
Lo personal también es universal en la literatura
La lectura es, al fin y al cabo, un acto íntimo. Que The Screwtape Letters de C.S. Lewis encabece la lista de David Foster Wallace o que Stephen King haya elegido una antología de cuentos como su número uno, dice tanto de ellos como personas como de su obra. En sus elecciones se cruzan el gusto personal, la nostalgia y las influencias formativas que definieron su relación con la literatura.
Lo fascinante de esta recopilación no está sólo en los nombres consagrados que figuran en ella, sino en cómo los libros elegidos iluminan zonas ocultas de sus creadores. Nos hablan de sus obsesiones, sus pasiones y sus silencios. Nos recuerdan que ningún escritor nace de la nada, sino que cada uno es resultado de años de lectura y amor por la literatura.
El canon es un espejo colectivo
El libro concluye con varias listas organizadas por siglo, autor y cantidad de menciones. En el siglo XX, destacan Lolita, El gran Gatsby y En busca del tiempo perdido. En el XIX, Tolstói, Flaubert, Austen y Dickens dominan el terreno. Y entre los autores más valorados por puntos, Tolstói lidera seguido de cerca por Shakespeare y Joyce.
Aún queda pendiente una versión dedicada a la no ficción. Sería interesante ver qué ensayos, memorias o crónicas habitan la mente de quienes escriben ficción. Tal vez ahí se encuentre una pista sobre cómo se cruzan la verdad, la imaginación y los límites siempre difusos de la literatura.
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