Los riesgos del consumo ilegal de alcohol se disparan en Irán

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05/10/2018 - 11:32
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Teherán, 5 oct (EFE).- Antes el riesgo principal del consumo de alcohol, prohibido en Irán, era sufrir un castigo de 80 latigazos, pero ahora, las intoxicaciones por la ingesta de bebidas de bajo precio y dudosa calidad han aumentado debido a la crisis económica.

Al menos 42 personas han muerto y 460 han tenido que recibir tratamiento o ser hospitalizadas en menos de un mes en el país persa por consumir alcohol adulterado producido en destilerías ilegales.

El mayor número de víctimas se registró en la provincia meridional de Hormozgan, cuya capital es Bandar Abas, donde perecieron 21 personas y seis se encuentran en estado grave tras beber fundamentalmente el popular aragh, elaborado mediante la fermentación y destilación de pasas.

"Por la noche había bebido aragh y por la mañana al despertarse se sentía mal y fue al medico. En el hospital, entró en estado de coma, todo fue muy rápido", contó a Efe el primo de uno de los fallecidos, que pidió el anonimato.

Sin asumir todavía lo ocurrido, este hombre explicó que su primo tenía 41 años y una hija de 5, y que este no es el único caso entre sus conocidos. También un amigo suyo murió hace una semana junto a su padre y su cuñado en Bandar Abas después de consumir aragh adulterado.

"La carestía no permite a la gente comprar buenas bebidas importadas y los jóvenes para divertirse recurren a comprar alcoholes caseros", lamentó.

El consumo de alcohol, pese a ser ilegal desde la Revolución Islámica de 1979, está bastante extendido entre la población iraní y las autoridades en general no controlan lo que ocurre en el ámbito privado del hogar.

No obstante, su ingesta está penada con 80 latigazos, y su compra, venta y preparación con entre seis meses y dos años de cárcel, en un país con tradición vinícola, tierra de las famosas uvas de Shiraz.

Según el portavoz del Ministerio de Salud, Iray Harirchí, el 93 por ciento de los fallecidos en las últimas semanas eran hombres, el mayor de ellos de 57 años.

En cuanto a los intoxicados, el 41 por ciento tienen entre 26 y 35 años, unos 170 tuvieron que someterse a tratamientos de diálisis y 16 se quedaron ciegos, detalló Harirchí.

Además de la producción local, en Irán también es posible la compra de bebidas alcohólicas de importación, traídas de contrabando desde países vecinos y vendidas a precios elevados.

En el mercado negro, la botella de vodka importado se vendía esta semana a 1.700.000 riales (unos 11 euros al cambio libre), indicó a Efe un traficante de Teherán.

Este precio es un 30 % superior a hace tan solo siete meses, cuando la moneda nacional se cambiaba a 60.000 riales por un euro, frente a los 160.000 actuales.

La subida es considerable pero no va a la par con la devaluación del rial, lo que despierta entre muchos sospechas.

Shaghayegh, una profesora de 34 años de Teherán, dijo a Efe que hace unos dos meses compró un par de botellas de vodka, supuestamente importadas, pero al abrirlas comprobó que el líquido casi rebosaba.

"Me sorprendió mucho, estaba claro que habían rellenado las botellas aquí, pero a pesar de que me daba miedo las acabé bebiendo porque no tenía otra alternativa", añadió.

Para evitar el alcohol adulterado o pagar precios desorbitados, numerosos iraníes optan por elaborar artesanalmente en sus casas su propio alcohol, principalmente aragh y vino.

Uno de ellos es Fajer, un ingeniero de 30 años, que se prepara para iniciar su segunda experiencia de vinificación en una o dos semanas, coincidiendo con la temporada de la uva.

Su idea es ir de madrugada a comprar 150 kilos de uva en el mercado central de fruta y verdura. Esta vez, el proceso será más sencillo ya que dispone de las cubas, las botellas de cristal y los corchos, adquiridos el año pasado con dificultad.

Sobre las intoxicaciones, Fajer lamentó que mucha gente no acude al hospital o no lo hace a tiempo "por miedo" a ser castigados. Lo dice con conocimiento de causa. Su hermano recibió 80 latigazos hace siete años al ser sorprendido por la policía con alcohol.

La persecución se mantiene y el portavoz de la Policía de Irán, Ahmad Nurian, informó esta semana de la detención de varias personas implicadas en una red de producción y tráfico de alcohol.

Medidas punitivas habituales no apuntan a un replanteamiento sobre una posible legalización del alcohol en Irán que evite tragedias como las del último mes.

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