Los ya conocidos beneficios del consumo de frutas y verduras en la reducción del riesgo de mortalidad podrían ser mayores si este consumo va más allá de las recomendaciones dietéticas actuales.
Durante las vacaciones de Semana Santa, más de 900.000 niños y niñas en situación vulnerable pierden el acceso al comedor escolar, según denuncia la ONG Educo.
Emplear fondos públicos para asegurar que la población acceda a una alimentación adecuada puede hacer que un gobierno se retrase en el pago de su deuda; si se opta por pagar la deuda, se genera más hambre y malnutrición.