Incapacidad permanente por depresión: cómo se solicita

La depresión es, a día de hoy, en trastorno mental más común en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, que estima que un 5 % de los adultos la padece. Se caracteriza, entre otros síntomas, por un estado de ánimo muy bajo, tristeza y alteraciones en el comportamiento que, a su vez, suelen afectar a pensamientos y grado de actividad.

En España existe la posibilidad de que un trabajador afectado por este trastorno pueda obtener una pensión por incapacidad permanente por depresión. Te contamos cómo hacerlo.

¿Qué es la incapacidad permanente por depresión?

La depresión es una enfermedad clínica, grave y común, que afecta física y mentalmente en nuestro modo de sentir y de pensar. Nos puede provocar deseos de alejarnos de nuestra familia, amigos, trabajo, y escuela. Además, puede causarnos ansiedad, pérdida del sueño, del apetito, y falta de interés o placer en realizar diferentes actividades.

Los trastornos o síndromes depresivos, a los que tradicionalmente nos referimos bajo el término genérico de depresión, son una enfermedad mental que pueden tener distintos grados y clasificaciones.

Sea como fuere, lo determinante para tener derecho a una incapacidad permanente por depresión es que se trata de un trastorno depresivo mayor, siendo este grado de la enfermedad el único que puede dar lugar a una incapacidad permanente absoluta.

Nos encontraremos desde casos de incapacidad parcial, de incapacidad total, de incapacidad absoluta por depresión en aquellos casos de enfermedad crónica con sintomatología más grave o resistente, pudiéndose alcanzar el estado de gran invalidez en los casos en que la persona, además de no poder realizar ninguna actividad laboral, requerirá de la asistencia de otra persona en su vida diaria como consecuencia de su trastorno depresivo.

¿Qué se necesita para solicitar este trámite?

Las personas con depresión deben darse de baja en sus trabajos para poder optar a dicha pensión por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social.

En caso de que el trabajador afectado cumpla con las condiciones exigidas por el INSS y se le realice una revisión y tratamiento médico estricto, este organismo puede otorgarle una incapacidad temporal de 365 días, que puede prorrogarse hasta 180 días más.

Este tipo de pensión cubre temporalmente la carencia económica del afectado. ¿Qué ocurre cuando este no se cura? ¿Se puede optar una incapacidad permanente?

A diferencia de la incapacidad temporal, el INSS solo concederá la incapacidad permanente por depresión si el beneficiario para antes por un Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI), conocido como el Tribunal Médico de la Seguridad Social. En esa valoración, que el EVI va renovando con el paso del tiempo, se pueden alcanzar tres grados de incapacidad permanente por depresión: parcial, que incluye una pensión con indemnización equivalente a de 24 mensualidades en un pago único y está sujeta a cuantías mínimas y al IRPF; total, donde el afectado elige entre recibir una prestación del 55 % de su base reguladora o una indemnización, con una duración variable de 12 y 84 mensualidades, y que es mayor según el afectado sea más joven; absoluta, donde se tiene derecho al 100 % de la base reguladora de su pensión, además, esta quedará exenta del IRPF.

Sea cual fuere el caso, los trastornos depresivos son algo muy serio que no conviene tomarse a la ligera 

El informe médico pericial jugará un papel absolutamente protagonista a la hora de solicitar una incapacidad permanente por depresión.

La depresión puede llegar a ocasionar una incapacidad laboral temporal o, incluso, permanente, siendo en estos casos recomendables contar con un buen seguro de vida que cubra las posibles riesgos de que se declare una incapacitación por depresión.

Categorias