Las naciones ricas sobreestiman la financiación climática que proporcionan a los países más pobres. Este incumplimiento socava la lucha contra el calentamiento global y afecta la confianza en las negociaciones climáticas.
Una investigación ha contabilizado al menos 81 mujeres asesinadas desde la década de 1970 por su activismo ambientalista, incluyendo a la española Gladys del Estal, asesinada cuando participaba en una protesta antinuclear.
La caza furtiva de animales salvajes es un problema global. Elefantes, rinocerontes, lagartos, pangolines y monos son cazados ilegalmente, poniendo en peligro su supervivencia.