Recientes estudios e investigaciones han demostrado la alta presencia de ballenas jorobadas en la zona de la Antártida, lo que significa una evolución muy positiva de estas especies en el hábitat marino.
Greenpeace está denunciando que varias pesqueras de España y Portugal están pescando de manera indiscriminada crías de tiburones en el Atlántico Norte.
Las rutas marítimas internacionales podrían verse afectadas por la pérdida de hielo marino del Ártico, lo que dejaría a Rusia débil en el control de los trayectos comerciales.
Varias ONGs han denunciado a varios barcos de recreo por su constante acoso hacia las ballenas en la costa de Xàbia y Dénia. El comportamiento de las embarcaciones pueden ser denunciables.