Mujeres riders, víctimas de actitudes y abusos machistas

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27/04/2021 - 18:00
Una repartidora a domicilio en Barcelona. ACN

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Clientes que reciben a las repartidoras desnudos, que se insinúan o que las puntúan mal si no les satisfacen. Los casos de acoso sexual a riders mujeres se multiplican, tanto en entregas como en recogidas en los restaurantes, así lo denuncia el sindicato CCOO. 

Las mujeres que trabajan como 'riders' toman la palabra contra el acoso machista

"Me sentía desprotegida en todos los sentidos", reconoce Ana Mesones en el digital 20 Minutos, con seis años de experiencia en el sector. Mesones alerta de los riesgos de las aplicaciones, con fotos de las repartidoras y la opción de puntuarlas. "El cliente te hace una especie de chantaje. Le das el producto y te dice: ¿Por qué no pasas a tomarte una cerveza conmigo?'", explica. 

"Te quitan la comida de las manos e insisten en que si no entras en su casa no te pagan", explica.

Se han convertido en parte del paisaje urbano. Se cruzan con los peatones en semáforos y sortean los vehículos con pericia mientras lucen a la espalda grandes mochilas con el nombre de su empresa. Las vemos haga frío, llueva o caiga un sol de justicia. Son los mensajeros de siempre, pero casi siempre en bici, y rebautizados con el anglicismo 'riders'.

Las aplicaciones móviles facilitan que el mínimo antojo, la mayoría culinarios, llegue a nuestros hogares en pocos minutos gracias a estos repartidores. La representación femenina aún es residual, del 16,75 % en el caso de Deliveroo y el 15 % en Glovo.

Ana Mesones, en su experiencia con plataformas como Deliveroo asegura que se ha encontrado con "mucho acoso machista" que ha vivido ella y otras compañeras. Cuando mira atrás, asegura que "en más de un 10 % de los encargos" ha recibido insinuaciones. "Primero te pilla por sorpresa pero llega un punto en el que ya te lo esperas", explica.

Una encuesta publicada por CCOO, 'Repartidores y repartidoras de plataforma digital: Condiciones laborales, necesidades, demandas y perspectivas', constata que esta realidad existe. De los 18 repartidores entrevistados -y que trabajaban en Glovo, Deliveroo y Uber Eats-, 11 aseguraron que las mujeres riders se encuentran en una situación de riesgo, inseguridad y acoso sexual.

Las mujeres se encuentran con hombres que las reciben desnudos

Carmen Juares es una de las responsables del sindicato en Cataluña y coautora del informe. Es tajante en sus conclusiones: “Las mujeres se encuentran en una situación mucho más precaria, teniendo que soportar propuestas sexuales de personas que después te puntúan y depende de ellas que puedas tener trabajo y ganar algo de dinero”.

El informe de CCOO recoge algunos testimonios, anónimos, que apuntan a clientes que incluso cometieron actos delictivos. “El cliente abrió la puerta y estaba desnudo y la rider le dejó el pedido y se fue rápidamente”, “Eres muy guapa, dame tu número…”Repartidoras que acabaron a patadas con un cliente que se sobrepasó y posteriormente el cliente se vengó: “Me puntuó mal, dijo que nunca le había entregado el pedido y que nunca llegué. Me bajaron la puntuación y me cerraron la cuenta durante tres días en los que no pude trabajar”.

La mayoría de riders no se atreven a denunciar las situaciones de acoso y menos a criticar públicamente a las plataformas. Camila, nombre ficticio, tiene 34 años, es especialista en Marketing y hace tres años que migró desde su Venezuela natal hasta Barcelona. Ha tenido encontronazos de todos tipos. “En los bares se sorprenden cuando ven que es una mujer rider y, a veces, te acosan. Luego, los clientes. He tenido clientes que salen a buscar el pedido en ropa interior o con una toalla. Yo siempre intento quedarme con el ascensor abierto, no entrar en el piso y no dar pie a nada pero es difícil. También me he topado con situaciones complicadas como que te rodeen en plena calle y te intenten robar”, lamenta.

"Un hombre mayor que está solo te dice que entres y que lo dejes en la cocina y tú, con toda la buena fe del mundo, entras. Cuando das media vuelta para salir te lo encuentras con la bata abierta y enseñándote lo que quiera. Estas situaciones son muy incómodas porque te encuentras en un domicilio que no conoces, pero llega a un punto en que prácticamente es normal", asegura.

Un acoso "más amplio" que el propio delito

Lo primero que hay que hacer ante casos como estos es avisar a la empresa, que tendría que dejar de tener a estas personas como clientes.

Glovo cuenta con un código de ética y conducta empresarial que fija la relación entre la plataforma y sus clientes, proveedores, repartidores… en el apartado número tres de este documento se puede leer: “No se toleran la violencia física, las amenazas, los castigos corporales, la coerción mental, el abuso verbal, el comportamiento irrespetuoso, la intimidación o el acoso de ningún tipo”. Una portavoz de la empresa asegura que de producirse una situación de acoso las riders pueden “reportar la información a la compañía para su análisis y valoración”. La misma fuente asegura que la plataforma “colabora activamente” con las policías a la que entrega todos los datos si se abren investigaciones.

El acoso machista en el trabajo es más amplio que el que está propiamente tipificado como delito. Es acoso sexual tanto hacer un tocamiento no deseado como explicar un chiste a tu trabajadora, o enviarle una proposición reiterada después de muchas negativas. Todo esto no es propiamente un delito, pero sí que es acoso en el ámbito del trabajo.

Tanto las repartidoras como el sindicato CCOO denuncian que el hecho de que algunas plataformas faciliten el nombre y la foto del rider que hará la entrega pone en peligro a las mujeres. 

Algunas mujeres, como no cobran los ERTE o el paro, no tienen más remedio que ponerse a repartir

Una de estas mujeres que ha visto en el reparto una opción para salir de una mala situación económica provocada por la Covid es María (nombre ficticio) que repartió durante la segunda mitad de 2020.

Ahora ha dejado el trabajo, y uno de los motivos por los que la define como "una experiencia muy negativa que quema mucho" es por la "falta de respeto" de los clientes, explica en el informe de CCOO. 

Los Mossos d'Esquadra no tienen constancia de haber recibido denuncias sobre acoso sexual a repartidoras mientras trabajan. Fuentes de la policía catalana indican que el acoso sexual se ha de denunciar "siempre" y hay que aportar la mayor cantidad de datos posibles para identificar al acosador.

Mujeres no están predispuestas a denunciar, porque no ven recorrido. Las plataformas se desentienden.

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