Alemania presenta para 2018 un presupuesto continuista con "déficit cero"

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02/05/2018 - 18:56

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Berlín, 2 may (EFE).- El nuevo Gobierno alemán presentó hoy su presupuesto para 2018, un proyecto que eleva las inversiones y mantiene el "déficit cero" y en el que se percibe continuismo pese al paso del Ministerio de Finanzas de los conservadores a los socialdemócratas.

El ministro de Finanzas, Olaf Scholz, aplaudió la aprobación "por unanimidad" en el Consejo de Ministros del segundo borrador de presupuestos federales para este ejercicio, ya que el primero se tramitó a finales del año pasado, con el Ejecutivo aún en funciones tras las elecciones generales del pasado septiembre.

A juicio de Scholz, quien sucede en el cargo al conservador Wolfgang Schäuble, exponente de la línea de austeridad, siguen una "política financiera responsable" que logra a la vez "bajar las deudas y elevar las inversiones".

Scholz apuntó que el proyecto de ley aprobado hoy -que incluía el presupuesto de 2018, los parámetros financieros de 2019 y el plan financiero 2019-2022- eleva las ayudas a las familias, descarga al contribuyente e incrementa las inversiones en infraestructuras, digitalización y vivienda social.

A la vez, agregó el ministro, las cuentas del Gobierno federal para los próximos años prevén una reducción progresiva de la deuda nacional para que, previsiblemente el año próximo, el porcentaje de deuda en relación al producto interior bruto (PIB) se sitúe por debajo del 60 %, como obliga el Tratado de Maastricht pero apenas ninguna economía europea cumple.

Esto garantizará la "independencia" de Alemania y su "capacidad de combate" en un entorno económico cada vez más competitivo, agregó Scholz.

No obstante, el proyecto de ley del Ministerio de Finanzas ha provocado críticas en toda la oposición, del Partido Liberal (FDP) a La Izquierda, y también dentro del propio Ejecutivo pues los ministerios de Defensa y Cooperación han protestado por no recibir suficientes fondos y aspiran, según medios locales, a que se "mejoren" sus partidas en la tramitación parlamentaria.

La cristianodemócrata Ursula von der Leyen, ministra de Defensa, ha señalado que es "importante" que se dote de una "sólida perspectiva financiera para los próximos años" a "la seguridad exterior de Alemania".

Scholz ha restado importancia a las críticas, asegurando que todos los departamentos aspiran a obtener más recursos pero que, por encima de unas y otras prioridades, está la necesidad de cumplir con la estabilidad presupuestaria, anclada en la Constitución.

Además negó que la inversión pública vaya a caer en los próximos años, como publicó hoy el "Süddeutsche Zeitung", argumentando que no todas las inversiones se consignan en la partida con esa denominación.

Según las previsiones del Ejecutivo, el Gobierno alemán recaudará y gastará este año 341.000 millones de euros (un 3,1 % más en términos interanuales), 356.100 millones en 2019 (un 4,4 % más), 361.300 millones (un 1,5 % más) en 2020, 362.800 millones (un 0,4 % más) en 2021 y 367.700 millones de euros (un 1,4 % más) en 2022. Todo sin recurrir a nuevo déficit.

Las inversiones se incrementarán de forma "enorme", según Scholz: en Formación e Investigación este año alcanzarán los 22.900 millones de euros, mientras que las de Transporte se situarán en los 15.000 millones.

El gasto en Defensa se incrementará en 1.500 millones de euros frente al presupuesto de 2017, hasta los 38.500 millones, pero se mantendrá en el 1,2 % del PIB, muy lejos del 2 % al que deben llegar los miembros de la OTAN para 2024 y que EEUU exige que se alcance cuanto antes.

Scholz alegó a este respecto que las inversiones en Defensa son a muy largo plazo y que su presupuesto necesita planificación y no se puede elevar "de un día para otro", pero subrayó que "subirá como se ha prometido".

Junto al presupuesto, el Consejo de Ministros aprobó un proyecto de ley para reformar la Constitución e incluir dos puntos del acuerdo de Gobierno de la gran coalición de cristianodemócratas y socialdemócratas que tienen consecuencias presupuestarias.

Así, el Gobierno federal podría empezar a invertir en la modernización de las escuelas, en la construcción de vivienda social y en vías de tren, competencias hasta ahora que debían financiar exclusivamente los estados federados.

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