Un estudio liderado por la Universidad de Exeter confirma que las turberas del Ártico se han expandido en las últimas décadas debido al aumento de temperaturas.
El cambio climático está derritiendo el hielo del Ártico cada vez más rápido. Esto afecta a los osos polares, que no pueden cazar bien y mueren de hambre. En 2025, el hielo invernal fue el más bajo desde 1979.
La región del Ártico se transformará en un lugar “irreconocible” con los compromisos climáticos que los países han depositado en la ONU, que abocan al planeta a un calentamiento global de 2,7 grados a finales de este siglo con respecto a los niveles preindustriales.
Un estudio internacional alerta que el primer verano sin hielo marino en el Ártico podría ocurrir ya en 2027. Eventos climáticos extremos y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero aceleran el deshielo.
Los halógenos, como el cloro, el bromo y el yodo, son elementos químicos altamente reactivos que, al liberarse desde el hielo ártico, están causando una reducción significativa de la capa de ozono.
Un grupo de científicos ha descubierto antibióticos prometedores en el océano Ártico, que podrían ayudar a desarrollar medicamentos con menor riesgo de resistencia bacteriana.