Los asintomáticos contagiados con coronavirus son uno de los principales quebraderos de cabeza para los virólogos y médicos de todo el mundo.
Tendemos a pensar erróneamente que estas personas atraviesan la enfermedad sin síntomas ni consecuencias, pero la verdad de este virus es que deja que muchos asintomáticos se queden con secuelas graves.
Desde la BBC cuentan con el testimonio de John Kinnear, director de la Escuela de Medicina de la Universidad Anglia Ruskin, en Reino Unido. El director contó para la cadena que muchos pacientes en estado avanzado de COVID-19 no tenían ninguno de los síntomas de la enfermedad hasta que, de repente colapsaron y murieron.
Varios asintomáticos de coronavirus han llegado a "colapsar y morir repentinamente"
Según Kinnear, un estudio en la ciudad china de Wuhan ha descrito los cambios patológicos del pulmón en tomografías de pacientes completamente asintomáticos.
Los investigadores pudieron comprobar lesiones como la inflamación del tejido pulmonar subyacente. Lo que no se explican los médicos y científicos es por qué a pesar de la existencia de este tipo de lesiones, este tipo de pacientes no muestran los síntomas de la neumonía, como la falta de aire.
John Kinnear comentó que una cuarta parte de los pacientes analizados en el estudio, presentó fiebre, tos y dificultad para respirar, pero muchos otros asintomáticos, no.
Por otro lado, el director revela otro misterio, y ese es la respuesta idiosincrásica a la infección, es decir, la duda de por qué ataca a ciertos grupos y a otros no.
El estudio, según el punto de vista de Kinnear, asevera que la ausencia de víctimas no implica la ausencia de daños.
Pero la investigación también subraya que esta falta de síntomas no es infrecuente en otras infecciones virulentas, como el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina o SARM y C diff (Clostridioides difficile).
El caso es que, otro dato que llama la atención con el SARS-CoV-2 es que puede estar acompañado de daño orgánico subyacente.
Los investigadores han encontrado lesiones consistentes con inflamación del tejido pulmonar subyacente, es decir, opacidades de vidrio esmerilado y consolidación), que no son específicas a la infección por COVID-19 y que pueden verse en muchas otras enfermedades pulmonares.
"La ausencia de víctimas no implica la ausencia de daños" corroboraba Kinnear
El estudio deja claro el problema que surge. Pues la falta de síntomas frente a una patología, es decir los asintomáticos, suponen un grave riesgo para los infectados y para el público.
Además, según Kinnear, entre el 40 y el 45% de los que contraen el coronavirus son asintomáticos y pueden presentar una carga viral igual de alta que los que si que muestran los síntomas y están enfermos.
Toda esta problemática se hace aún más grande con todos los falsos negativos, que se estiman en torno al 20% de los cribados.
Junto a los asintomáticos, todos estos "propagadores encubiertos", así los denomina Kinnear, difunden el virus durante 14 días y ponen en duda las actuales estrategias de testeo o detección.