Más de 180 países discuten la regulación global del comercio de anguilas

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24/11/2025 - 09:07
Discusión ante el comercio de las anguilas

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Varios delegados de 184 países y la Unión Europea se reúnen en Samarcanda desde este lunes hasta el 5 de diciembre en la 20ª cumbre de la CITES. En la agenda está decidir si se deben regular el comercio de anguilas, el tiburón ballena y otras especies vulnerables, en un momento crítico para la conservación de la vida silvestre a nivel global.

Cumbre internacional sobre especies en riesgo

Delegados de 184 países y de la Unión Europea se reúnen en Samarcanda, Uzbekistán, desde este lunes hasta el 5 de diciembre. La cita es la 20ª Conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Durante estos días, los participantes debatirán si deben imponerse restricciones al comercio de anguilas, al tiburón ballena y a otras especies vulnerables alrededor del mundo.

Esta edición de la CITES coincide con el 50º aniversario de la convención, que se promulgó en julio de 1975. Desde entonces, la CITES se ha convertido en uno de los instrumentos más importantes para conservar la vida silvestre, regulando el intercambio internacional de más de 40.900 especies de animales y plantas.

La función de la CITES y los Apéndices

Cada tres años, la Conferencia de las Partes (COP) revisa y actualiza la lista de especies protegidas. Esta reunión, conocida también como COP20, tiene como objetivo decidir qué especies deben incluirse en los Apéndices I y II del tratado.

El Apéndice I está reservado para especies en peligro de extinción. El comercio de anguilas se permite solo en casos excepcionales. Por su parte, el Apéndice II agrupa a animales y plantas que aún no están en peligro, pero cuya explotación podría ponerlos en riesgo si no se regula. Esta categorización permite controlar el intercambio internacional y proteger la biodiversidad.

Propuestas y especies en evaluación

Antes de la cumbre, los países y la UE presentan propuestas de modificación de los Apéndices. Estas pueden incluir añadir nuevas especies, eliminar algunas, mover especies entre Apéndices o actualizar las anotaciones sobre qué partes o derivados se pueden comercializar.

En esta ocasión, la COP20 analizará 51 propuestas: 39 sobre animales y 12 sobre plantas. Entre las especies de fauna destacan okapis, hienas rayadas, gecos, avispas gigantes, tarántulas, ranas, moluscos y aves cantoras. Entre las plantas, se encuentran ginseng, palmeras, aloes, euforbias y palo de Brasil.

Diez de estas propuestas están relacionadas con animales acuáticos explotados comercialmente, incluyendo pepinos de mar, abulones, tiburones, rayas y anguilas. En este contexto, el comercio de anguilas se analiza como un caso clave para garantizar su sostenibilidad a nivel global.

La Secretaría de la CITES evaluó las 51 propuestas y recomendó aprobar 34 y rechazar 17. Entre las que se sugiere aprobar está incluir a la anguila en el Apéndice II, propuesta por la UE y Panamá. La medida se implementaría 18 meses después de la COP20, es decir, a partir del 5 de junio de 2027.

En contraste, se recomienda no mover al tiburón ballena al Apéndice I. Este pez, el más grande del mundo, puede alcanzar hasta 18 metros de largo, y su regulación sigue siendo un tema delicado entre los delegados.

Importancia de la COP20 en el comercio de anguilas

La 20ª cumbre llega en un momento crítico para la vida silvestre. La presión sobre hábitats naturales aumenta por la sobreexplotación, la contaminación, el cambio climático y los delitos contra especies animales y vegetales. Por ello, decisiones sobre el comercio de anguilas y otras especies marinas adquieren gran relevancia, no solo para la conservación, sino también para el equilibrio de los ecosistemas.

El encuentro en Samarcanda no solo marca medio siglo de esfuerzos de la CITES, sino que también refuerza la cooperación internacional para garantizar que el comercio y la explotación de especies se realicen de manera responsable. La regulación del comercio de anguilas y de otras especies acuáticas se considera esencial para frenar su declive y proteger los océanos para las generaciones futuras.

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