Sobre el escenario todos los cuerpos hablan el mismo idioma y eso es lo que quiso reflejar la bailarina Esmeralda Valderrama cuando fundó en 1995 la compañía de baile inclusivo Danza Mobile.
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid refleja que la danza tiene efectos positivos en las personas con discapacidad. Este estudio ha sido probado en dos localidades de Castilla La Mancha.