En España, el origen familiar marca tu destino económico más que en el resto de Europa

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12/05/2025 - 13:30
La economía de los padres influyen en los hijos

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En España, nacer en una familia pobre implica una desventaja clara frente a quienes llegan al mundo en hogares con mayores recursos. Aunque pueda parecer una frase hecha, las estadísticas confirman que la pobreza se transmite de generación en generación, y que escapar de ella sigue siendo una tarea difícil, si no imposible, para muchas personas.

El futuro económico sigue dependiendo del origen familiar

La desigualdad comienza pronto. Muchos niños y niñas crecen en entornos donde los recursos básicos —educación, vivienda, alimentación o atención médica— son insuficientes. Las familias con menos ingresos tienen más dificultades para ofrecer a sus hijos un entorno educativo estable, lo que impacta directamente en su rendimiento escolar y en sus posibilidades futuras de acceder a estudios superiores.

Cuando un joven abandona la escuela antes de tiempo, o repite curso varias veces, sus oportunidades de acceder a empleos bien remunerados se reducen drásticamente. En 2024, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social en España alcanzó el 25,8 %, según el INE. Aunque es la más baja en diez años, sigue siendo alarmante.

Diversos estudios demuestran que en España la situación económica de los padres influye de forma determinante en la de sus hijos. Esto se traduce en un bajo nivel de movilidad social: es decir, es poco probable que alguien nacido en un entorno humilde logre ascender en la escala socioeconómica.

Este fenómeno está recogido en la llamada “Curva del Gran Gatsby”, que establece una relación entre la desigualdad de ingresos y la baja movilidad social. Cuanto más desiguales son las condiciones de partida, más difícil es cambiar de posición a lo largo de la vida.

Comparativa europea: España y el modelo escandinavo

El problema no es exclusivo de España, pero sí más acusado que en otros países de la Unión Europea. Mientras que en países nórdicos como Suecia o Finlandia existen políticas públicas que amortiguan el impacto del origen familiar, en España estas medidas no son tan efectivas ni tan amplias.

Suecia, por ejemplo, cuenta con programas educativos gratuitos desde la infancia, comedores escolares universales, viviendas sociales accesibles y apoyo específico a familias vulnerables. Estos mecanismos permiten que los niños y niñas tengan oportunidades más igualitarias, independientemente del nivel de ingresos de sus padres.

Un reto pendiente

En comparación, España arrastra deficiencias estructurales. La falta de inversión sostenida en políticas de bienestar, junto con un mercado laboral inestable, hace que la pobreza se perpetúe. El abandono escolar temprano, el desempleo juvenil y la dificultad para acceder a vivienda son barreras que frenan cualquier intento de romper el ciclo.

Para avanzar hacia una sociedad más justa, el país necesita reformas profundas que garanticen igualdad de oportunidades desde la infancia. El hecho de mejorar la educación pública, ampliar la protección social y asegurar el acceso a servicios básicos son pasos clave. De lo contrario, el lugar donde uno nace seguirá marcando el lugar donde uno termina.

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