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Madrid, 15 nov (EFE).- Las empresas no financieras españolas, durante el periodo 2009-2017, captaron financiación por un valor medio anual de 50.000 millones de euros a través de los mercados de valores, frente a un descenso en media anual de 34.000 millones vía préstamos bancarios.
Y es que durante los últimos años se ha producido un proceso de desintermediación financiera por el cual las empresas han sustituido una parte de su financiación basada en préstamos bancarios por la emisión de valores (bonos o capital) en mercados oficiales o alternativos y por la captación de recursos propios a través de entidades de capital riesgo.
En España, los préstamos de la banca han pasado de representar el 32 % en 2007, al 25 % en 2017 del total del balance de las compañías, en tanto que la importancia de los valores de renta fija en relación con el total de los pasivos exigibles con coste se ha duplicado, ya que ha pasado del 7 % en 2007, al 14 % en 2017.
Así se pone de manifiesto en un artículo analítico publicado por el Banco de España, elaborado por Víctor García-Vaquero e Irene Roibás, sobre la evolución reciente de la financiación no bancaria de las empresas españolas.
En dicho informe se recuerda que tradicionalmente, el sector bancario ha desempeñado un papel "esencial" en la financiación de las sociedades no financieras españolas, muy por encima de otras fuentes alternativas, como la apelación a los mercados de valores o el capital riesgo.
Esta estructura de financiación se explica, al menos en parte, por las características de un tejido empresarial en el que tienen un elevado protagonismo las pymes, que tienen mayores dificultades que las empresas grandes para la emisión de valores.
No obstante, la última crisis ha puesto de manifiesto que un grado de dependencia elevado de una única fuente de financiación puede constituir "un elemento de vulnerabilidad para las empresas".
En este contexto, indica el estudio, durante los últimos años se han puesto en marcha diferentes iniciativas para fomentar el desarrollo de las fuentes de financiación diferentes a la bancaria.
Las autoridades españolas y las comunitarias han impulsado el desarrollo tanto de los mercados de valores (Mercado Alternativo Bursátil, MAB, o el Mercado Alternativo de Renta Fija, MARF), como nuevas modalidades de entidades de capital riesgo o plataformas de financiación participativa (crowdfunding y crowdlending).
La puesta en marcha de estas iniciativas, junto con otros factores como el reducido nivel de los tipos de interés, la introducción de un programa de compras de valores de renta fija privada del Eurosistema y los cambios en la regulación financiera, ha favorecido un aumento de la diversificación de las fuentes de financiación empresarial, argumenta el estudio.
En este sentido, prevé que las plataformas de financiación participativa o "crowdfunding", de reciente creación, se han configurado como un nuevo canal alternativo, que, aunque por el momento presenta volúmenes marginales, podría experimentar en los próximos años un mayor desarrollo, como ha ocurrido en otros países del entorno.
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