31/05/2022 - 09:06
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No es la primera vez que vemos cómo uno de los cuadros más famosos de Da Vinci se ve entre la espada y la pared, nunca mejor dicho. El pasado domingo, el cuadro de la Mona Lisa sufría el ataque de un visitante, el cual se disfrazó con una peluca de mujer y entró en silla de ruedas.
Según informan desde el Museo del Louvre, quienes ya han interpuesto una demanda, el visitante se hizo pasar por una persona con discapacidad para acercase a la vitrina de la famosa Gioconda.
El Louvre cumplió con el procedimiento habitual para las personas con movilidad reducida
Uno de los cuadros más famosos y reclamados en todo el mundo, la Gioconda o más conocido como la Mona Lisa, ha vuelto a sufrir un intento de agresión en las inmediaciones del Museo parisino del Louvre. Fue el pasado domingo cuando uno de los visitantes, quien entró al museo en silla de ruedas y con una peluca, lanzó un trozo de tarta al cuadro.
Según indicaron las fuentes del Louvre, el visitante simuló ser una persona con discapacidad para acercarse a la vitrina del cuadro y observar con detalle los rasgos de la Mona Lisa, uno de los reclamos más importantes de este museo.
De hecho, y tal y como afirman en la institución, “el Louvre aplicó el procedimiento habitual previo para personas con movilidad reducida, permitiéndole admirar esta obra mayor del Louvre”.
A pesar del revuelo y el asombro de los allí presentes, el museo confirma que la Mona Lisa no ha sufrido ningún daño, ya que se encuentra protegida por un cristal antibalas. Después de que el individuo lanzase la tarta, fue inmediatamente agarrado y evacuado por los agentes de seguridad para entregarlo a la policía.
La Mona Lisa, un cuadro a merced de los ataques
Este no es el primer ataque que sufre la obra de Leonardo da Vinco. En el mes de agosto de 2009, un turista le lanzó una taza de té; en 1974, mientras se expuso en el Museo Nacional de Tokio, una mujer utilizó un espray rojo para atacarlo; en 1956 sufrió dos ataques: ácido y piedras contra el óleo, este último provocó un ligero daño.
Aun así, uno de los ataques más comentados sobre este cuadro surgió en la década de los 50, cuando un visitante declaró estar enamorado de la Mona Lisa, por lo que trató de robarla cortando el lienzo con una cuchilla. Desde entonces, y tras los demás ataques, se decidió proteger al cuadro con un vidrio.
Sin embargo, uno de los momentos más complicados para el cuadro de la Mona Lisa fue en 1911, cuando el extrabajador del Louvre, Vincenzo Peruggia, robó el cuadro.
En este último, el atacante disfrazado fue conducido al exterior de la sala por el personal de seguridad mientras gritaba: “Pensad en la Tierra. Hay gente que está destrozando el Planeta. Es por ello que he hecho esto”.
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