La virulencia de la neumonía en el mundo

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09/02/2020 - 08:01
Los síntomas de la neumonía son diversos y hay que acudir al médico.

Lectura fácil

Combatir la neumonía es una de las batallas pendientes a nivel global en los próximos años. Y es que de acuerdo con un análisis de la Universidad Johns Hopkins, se podrían evitar cerca de 9 millones de muertes infantiles en el mundo.

La Universidad Johns Hopkins ha desarrollado un modelo según el cual, si se aumentaran los servicios de prevención y tratamiento de la neumonía, se podrían salvar las vidas de 3,2 millones de niños menores de 5 años.

De este modo se generaría un ‘efecto dominó’ que permitiría prevenir a su vez otras 5,7 millones de muertes infantiles a causa de otras enfermedades, un factor que recalca la necesidad de contar con servicios de salud integrados.

Antibióticos de bajo coste

Aunque algunos tipos de neumonía pueden prevenirse con vacunas y tratarse fácilmente con antibióticos de bajo coste si se diagnostica correctamente, decenas de millones de niños siguen sin estar vacunados, y uno de cada tres niños con síntomas no recibe atención médica esencial.

Las muertes infantiles a causa de la neumonía se concentran en los países más pobres del mundo, y quienes más lo sufren son los niños más marginados y vulnerables. Si se mantienen las tendencias actuales, 3 millones de niños menores de cinco años podrían morir por neumonía entre 2020 y 2030. 

Durante la próxima década, se estima que lo más probable es que el número de muertes sea mayor en Nigeria (1,4 millones), India (880.000), República Democrática del Congo (350.000) y Etiopía (280.000).

¿Qué es la neumonía?

La neumonía es una infección que inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones. Los sacos aéreos se pueden llenar de líquido o pus (material purulento). Esto provoca tos con flema o pus, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar. Diversos microrganismos, como bacterias, virus y hongos, pueden provocar neumonía.

Además, la neumonía puede variar en gravedad desde suave a potencialmente mortal. Eso sí, es más grave en bebés y niños pequeños, al igual que en personas mayores de 65 años, y personas con problemas de salud o sistemas inmunitarios debilitados.

Los síntomas

A todo esto, es importante saber cómo detectar un posible caso de neumonía. Y cabe prestar atención a los signos y síntomas porque varían de moderados a graves y dependen de varios factores. El tipo de germen que causó la infección, tu edad y tu salud en general, hacen que cada caso sea diferente.

En algunos casos puede complicarse más su detección. Es el caso de los recién nacidos y bebés, ya que no muestren signos de estar sufriendo la infección. O bien, pueden vomitar, tener fiebre y tos, parecer inquietos o cansados y sin energía, o presentar dificultad para respirar y comer.

Los signos y síntomas moderados suelen ser similares a los de un resfrío o una gripe, pero duran más tiempo.

  • Dolor en el pecho al respirar o toser
  • Desorientación o cambios de percepción mental (en adultos de 65 años o más)
  • Tos que puede producir flema
  • Fatiga
  • Fiebre, transpiración y escalofríos con temblor
  • Temperatura corporal más baja de lo normal (en adultos mayores de 65 años y personas con un sistema inmunitario débil)
  • Náuseas, vómitos o diarrea
  • Dificultad para respirar

Neumonía adquirida en la comunidad

Son varios los gérmenes que pueden causar neumonía. Así, los más frecuentes son las bacterias y los virus que se encuentran en el aire que respiramos. A continuación les dejamos los más comunes.

  • Bacterias. La causa más frecuente de neumonía bacteriana en los EE. UU. es el Streptococcus pneumoniae. Este tipo de neumonía puede producirse sola o después de que hayas tenido un resfrío o una gripe. Puede afectar una parte (lóbulo) del pulmón; esta afección se llama neumonía lobar.
  • Organismos tipo bacteria. El micoplasma pneumoniae también puede causar neumonía. Generalmente produce síntomas más leves que los producidos por otros tipos de neumonía. La neumonía errante es un nombre informal para un tipo de neumonía que, por lo general, no es lo suficientemente grave como para requerir reposo.
  • Hongos. Este tipo de neumonía es más frecuente en personas con problemas crónicos de salud o un sistema inmunitario debilitado, y en personas que han inhalado grandes dosis de estos organismos. Los hongos que la causan se encuentran en la tierra o en las heces de las aves, y pueden variar según la ubicación geográfica.
  • Virus. Algunos de los virus que causan los resfríos y la gripe pueden causar neumonía. Los virus son la causa más frecuente de neumonía en los niños menores de 5 años. La neumonía viral suele ser leve. No obstante, en ocasiones, puede tornarse muy grave.

¿Cómo prevenir la neumonía?

Lo más importante es siempre la prevención, por lo que los expertos en salud recomiendan siempre una serie de pautas que van más allá de la vacunación.

  • Vacúnate. Hay vacunas para prevenir algunos tipos de neumonía y la gripe. Si lo desconoces consúltaselo al médico para que te informe sobre estas y otras vacunas.
  • Asegúrate de que los niños se vacunen. Los médicos recomiendan una vacuna para la neumonía diferente para niños menores de 2 años y para niños de 2 a 5 años que son más propensos a contraer la enfermedad neumocócica. Además, los niños que concurren a una guardería grupal también deben recibir la vacuna. Los médicos también recomiendan la vacuna contra la influenza para niños menores de 6 meses.
  • Mantén una buena higiene. Lávate las manos con regularidad o usa un desinfectante para las manos a base de alcohol. Estos gestos previenen de las bacterias causantes de las infecciones respiratorias.
  • No fumes. El tabaquismo daña las defensas naturales que protegen a tus pulmones de las infecciones respiratorias.
  • Mantén fuerte tu sistema inmunitario. Duerme lo suficiente, haz ejercicio y lleva una dieta saludable.

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