Descubren un planeta que se desintegra a 1.600 °C a 140 años luz de la Tierra

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24/04/2025 - 09:11
Un planeta en desintegración orbita una estrella gigante

Lectura fácil

Astrónomos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos han identificado un planeta ubicado a unos 140 años luz de la Tierra que se está desintegrando rápidamente debido a las altísimas temperaturas, alrededor de 1.600 grados Celsius, lo que genera una estela de escombros similar a la cola de un cometa.

Este hallazgo, que cuenta con financiamiento parcial de la NASA, fue publicado este martes en la revista The Astrophysical Journal Letters.

El planeta hallado por sorpresa que arde cerca de su estrella

El planeta, nombrado BD+05 4868 Ab por los investigadores, fue descubierto de manera inesperada. Marc Hon, investigador postdoctoral en el Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial del MIT comentó que “estábamos realizando un estudio convencional sobre planetas, y por casualidad noté una señal que resultó ser muy peculiar”, añadió.

Este cuerpo celeste, que tiene una masa similar a la de Mercurio, orbita a una distancia de su estrella 20 veces menor que la que hay entre Mercurio y el Sol, completando una vuelta cada 30,5 horas.

A tan corta distancia, el planeta probablemente se encuentra cubierto de magma que se evapora y se libera al espacio. En cada órbita, va perdiendo gran cantidad de minerales de su superficie debido a este proceso de evaporación.

El descubrimiento se logró gracias al Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA, un proyecto liderado por el MIT que examina las estrellas cercanas en busca de tránsitos, es decir, caídas periódicas en el brillo estelar que podrían indicar la presencia de exoplanetas.

Nueve millones de kilómetros

La señal que llamó la atención de los astrónomos fue un tránsito inusual: la luz disminuía de manera variable en cada órbita. Los científicos determinaron que se trataba de un planeta rocoso que gira muy cerca de su estrella y que arrastra tras de sí una larga estela de escombros, similar a la de un cometa.

Los investigadores señalan que ese cuerpo parece estar desintegrándose rápidamente, perdiendo en cada vuelta alrededor de su estrella una cantidad de material similar a la masa del monte Everest. A ese ritmo, y debido a su baja masa, estiman que podría desaparecer por completo en uno o dos millones de años.

“Tuvimos la fortuna de observarlo justo cuando está en proceso de desaparecer”, comenta Avi Shporer, de la Oficina Científica de TESS. “Es como si estuviera dando su último aliento”, añade.

Lo habitual al detectar un exoplaneta es observar una leve y breve caída periódica en el brillo de su estrella, lo que indica que un objeto compacto pasa frente a ella y bloquea su luz por un instante.

Pero el patrón observado por Hon y su equipo en la estrella BD+05 4868 A, ubicada en la constelación de Pegaso, fue distinto. Aunque el tránsito se repetía cada 30,5 horas, la recuperación del brillo era mucho más lenta, lo que sugiere que una estructura alargada la cola del objeto planetario continuaba oscureciendo la luz de la estrella por más tiempo.

Gravedad débil

Lo más curioso era que la profundidad del tránsito cambiaba con cada vuelta de los planetas, lo que indicaba que el objeto que cruzaba frente a la estrella no siempre tenía la misma forma ni bloqueaba la misma cantidad de luz.

“La silueta del tránsito se asemeja a la de un cometa con una larga estela, aunque es poco probable que esta esté compuesta por hielo o gases volátiles, como los de un cometa convencional. Estos materiales no resistirían las altas temperaturas tan cerca de la estrella”, explica Hon.

Debido a su cercanía con la estrella, los científicos calculan que la temperatura en la superficie ronda los 1.600 grados Celsius. Bajo ese calor extremo, los minerales se vaporizan y se dispersan al espacio, donde se enfrían formando una estela de polvo que se extiende detrás del cuerpo planetario.

Esta desintegración tan rápida se debe a la escasa masa del planeta, que está entre la de Mercurio y la de la Luna. Planetas rocosos más grandes, como la Tierra, tienen una fuerza gravitacional suficiente para retener su atmósfera y mantenerse estables. En el caso de BD+05 4868 Ab, los astrónomos creen que su gravedad es tan débil que no logra mantener su estructura unida.

“Es un cuerpo muy pequeño, con una gravedad extremadamente baja, lo que facilita que pierda material constantemente. Esa pérdida reduce aún más su gravedad, lo que acelera el proceso de desintegración”, destaca Shporer. “Es como un ciclo fuera de control, en el que la situación del exoplaneta empeora sin freno.”

Tres planetas en proceso de desintegración

De los cerca de 6.000 exoplanetas descubiertos hasta hoy, solo se conocen tres más que estén atravesando un proceso de descomposición similar. Todos ellos fueron identificados hace más de una década mediante datos del Telescopio Espacial Kepler de la NASA.

Estos tres planetas también mostraban largas colas, parecidas a las de los cometas. Sin embargo, BD+05 4868 Ab destaca entre ellos por tener la cola más extensa y los tránsitos más profundos jamás observados, lo que indica que está perdiendo masa a un ritmo mucho más acelerado que los otros casos conocidos.

Además, la estrella a la que orbita este planeta es más cercana y brillante que las anfitrionas de los otros tres, lo cual convierte a este sistema en un candidato ideal para realizar estudios futuros más detallados.

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