En España, aunque existen leyes de accesibilidad, la realidad urbana sigue poniendo barreras: bordillos altos, adoquines imposibles, rampas inexistentes y plazas de aparcamiento mal utilizadas.
Millones de viajeros con movilidad reducida enfrentan barreras al viajar, especialmente en transporte y alojamientos. En Europa, varias ciudades están tomando medidas para ser más accesibles, facilitando el turismo inclusivo.