Abrimos melón a favor de romper el tabú y prevenir el suicidio en menores y adolescentes

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12/12/2022 - 09:28
Adolescente triste en una esquina

Lectura fácil

Hay que informar sobre el problema del suicidio como modo de prevenir nuevos casos en menores y adolescentes

Desde ANAR detectan que hasta el 68,4 % de los menores que atienden llevan más de un año padeciendo el problema y solo el 44 % ha recibido tratamiento psicológico en los últimos tres años. 

Pero no es solo eso, el problema es todo lo que hay detrás, la conducta suicida es el síntoma de otro problema que hace sufrir mucho a un niño, niña o adolescente, explica Diana Diaz, Directora de las líneas de ayuda de la Fundación ANAR, una ONG que ayuda a menores en riesgo. 

Hay muchos factores y causas que pueden llevar a un menor a sentir ese sufrimiento que acaba en una conducta suicida

El suicidio tiene que dejar de ser un tabú, en GNDiariohemos hablado varias veces de la importancia de no tapar esta lacra, porque no es que, si no se habla de ello, no exista, sino que, si no se conoce, no se puede detectar ni evitar. 

Hacerlo visible es empezar a prevenirlo. Hay que perder el miedo a hablar del suicidio porque no sirve de nada ocultarloy, sobre todo, porque es útil para prevenir otros casos. 

No siempre se pueden ver las señales de alerta, pero saber cuáles son facilita

Y es por eso también por lo que familiares víctimas del suicidio deben hablar y contar su experiencia. Para ayudar a detectar esas señales de alerta ante un posible suicidio.

Es necesario también, animar a adolescentes a que hablen sobre sus problemas. Hay que hablar de la depresión, la autoestima, la soledad, la ansiedad… En definitiva, de salud mental.

Así las cosas, el suicidio nos infunde tanto respeto… nos parece tan incomprensible que un niño o un adolescente con toda la vida por delante, pueda quitársela, así que nos da miedo y preferimos no enfrentarnos a ello.

No es cierto que hablar sobre suicidio pueda aumentar el deseo de suicidarse

Lo que hace es aliviar el sufrimiento emocional de quien lo pueda estar pasando mal para pensar en cruzar esa línea y fomenta que pueda pedir ayuda. Ocultarlo no favorece a nadie, añade Diana Díaz, de la Fundación ANAR, porque impide que alguien que lo necesita sea capaz de pedir ayuda y “acudir a los recursos” adecuados.  

Hablar del suicidio también es importante para el resto de adolescentes, porque así conocerán los signos de alerta y podrán ayudar a sus compañeros. Lo mismo ocurre con los docentes, que pueden ser personas de confianza y claves en la detección y prevención. 

El Instituto Nacional de Estadística recoge el número de defunciones según la causa de muerte. En 2020, 62 niños, niñas y adolescentes hasta 19 años se suicidaron o murieron a causa de provocarse autolesiones.

Todos podemos ser agentes de cambio y estar involucrados. Pongámosle fin al suicidio.

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