La administración de pulsos de este glococorticoide es "de gran utilidad" para evitar muertes e intubaciones y, por tanto, ingresos en unidades de cuidados intensivos.
A pesar de que su uso creció un 103 % en el último mes y se utiliza ya por el 13,6 % de la población española, no llega a incidir en la población más joven.