Hoy celebramos el Día Mundial del Trastorno Bipolar

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30/03/2020 - 08:30
Hoy celebramos el Día Mundial del Trastorno Bipolar

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Hoy, 30 de marzo, celebramos el Día Mundial del Trastorno Bipolar. Se conmemora en este día por ser la fecha de nacimiento del pintor Vincent Van Gogh, que fue póstumamente diagnosticado de padecer posiblemente este tipo de trastorno.

El trastorno bipolar es una enfermedad mental severa. Las personas que la sufren experimentan cambios de ánimo poco comunes. Pueden pasar de ser muy activos y felices a sentirse muy tristes y desesperanzados. Y, así, empezar el ciclo otra vez.

Aproximadamente 60 millones de personas en el mundo padecen trastorno bipolar

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica al trastorno bipolar como la sexta causa de discapacidad en el mundo, que afecta a 60 millones de personas, y hoy dedica en su calendario mundial un día para recordarla. Se estima que la prevalencia mundial del trastorno bipolar es de entre 1 y 2% de la población, pudiendo llegar hasta el 5% al considerar casos con rasgos bipolares.

Los cambios en el estado de ánimo de una persona que padezca de trastorno bipolar pueden ir mucho más allá de problemas coyunturales o transitorios. Y convertirse en una afección mental que produzca estados marcados o extremos en la conducta y que debe ser atendida por un profesional médico.

Es una de las principales enfermedades que causan discapacidad y es la menos entendida

La bipolaridad es una afección mental que afecta de igual manera a hombres y mujeres, por la cual una persona tiene cambios marcados o extremos en el estado de ánimo. Sin embargo, las mujeres pueden desarrollar los síntomas mucho más rápido, así como tener mayor número de episodios emocionales. Los períodos de sentirse triste o deprimido pueden alternar con períodos de sentirse muy feliz y activo o malhumorado e irritable.

Además, las personas con trastorno bipolar tienen un riesgo particular de desarrollar otras enfermedades al mismo tiempo. Dos tercios de las personas que lo sufren también pueden transitar trastornos de ansiedad, y más de un tercio, poseer un trastorno por uso de sustancias.

La edad media en que suele aparecer la enfermedad por primera vez es alrededor de los 25 años

En este día es importante aprovechar la oportunidad para subrayar que las personas que viven con el trastorno bipolar son más que su diagnóstico. Son capaces de vivir una vida plena y con éxito, a pesar de convivir con esta patología. Desafortunadamente, el estigma asociado al padecimiento continúa siendo una barrera a la atención e impide el diagnóstico precoz y la realización de un tratamiento eficaz, asegura el colectivo.

La enfermedad suele empezar a dar la cara alrededor de los 25 años de edad y el tratamiento para este trastorno incluye el uso de farmacoterapia en combinación con abordajes psicoterapéuticos e intervenciones familiares y sociales.

El tratamiento para este tipo de trastorno debe ser personalizado

El tratamiento para el trastorno bipolar tiene que ser efectivamente tratado según la predominancia de los episodios maníacos y depresivos, así como también para el estado de ánimo mixto y para los estados con ciclos rápidos. Es importante prevenir que se repitan los episodios. El mayor conocimiento de los pacientes de su propia enfermedad y el autocuidado de la salud resultan pilares fundamentales para sobrellevar la enfermedad.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es que el medio laboral los acoja y otorgue la protección necesaria y que las propias familias tengan mayor conocimiento respecto a cómo actuar ante los episodios de crisis y ayudar a llevar una mejor vida al paciente.

El entorno es vital para la mejor vida de la persona afectada

La participación de los familiares y cuidadores en el tratamiento de este tipo de pacientes puede ayudar a reducir la probabilidad de reaparición de los síntomas, por lo que el entorno es vital para la mejor vida de la persona afectada. Es importante que el círculo de amigos y familiares pueda acompañar y contener al paciente. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes puede hacer enormes progresos y recuperar su calidad de vida.

El episodio depresivo es una afección grave, en la que uno de los síntomas principales es el desgano. Pretender que la depresión desaparezca 'poniéndose las pilas' es lo mismo que pedir a las personas con hipertensión que normalicen los valores de presión arterial con su fuerza de voluntad, no es posible.

Las personas que tienen trastorno bipolar no son más peligrosas

Las personas que tienen trastorno bipolar no son más peligrosas que el resto de la población. Durante un episodio maníaco el nivel de irritabilidad y conductas imprudentes puede aumentar, pero lo más probable es que se dañen a ellos mismos por error.

Algunas personas con trastorno bipolar tienen fallos en la atención, memoria y otras funciones cognitivas en forma persistente. El tratamiento del trastorno bipolar tiene distintos pilares: por un lado, el farmacológico, que incluye una familia de medicamentos denominados estabilizadores del ánimo. El segundo de los pilares es el tratamiento psicológico, que se realiza en formato individual y/o grupal. Un abordaje indispensable es la psicoeducación, que consiste en entrevistas grupales, estructuradas, en las cuales se trabaja sobre el concepto del trastorno bipolar, causas, tratamiento, cuáles son las mejores formas de detectar los episodios en forma precisa, certera y anticipada.

¿Cómo reconocer un episodio maniaco? 

  • Sentirse muy animado o feliz. 
  • Sentirse acelerado o nervioso. 
  • Tener problemas para dormir. 
  • Mostrar una mayor actividad a la de costumbre. 
  • Hablar muy rápido sobre cosas distintas. 
  • Irritabilidad o sensibilidad. 
  • Pensamientos que van muy rápido.
  • Pensar que se pueden hacer muchas cosas a la vez.
  • No asumir el riesgo: gasto de dinero o sexo imprudente. 

¿Cómo reconocer un episodio depresivo? 

  • Sentir tristeza. 
  • Dormir demasiado o muy poco. 
  • No poder disfrutar de nada. 
  • Preocupación o sentimiento de vacío. 
  • Problemas de concentración. 
  • Olvidar cosas. 
  • Comer demasiado o muy poco.
  • Cansancio. 
  • Pensamientos de muerte o suicidio. 

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