El aumento de las precipitaciones en zonas tropicales incrementará la liberación de dióxido de carbono (CO2) por parte de microbios desde el suelo hacia la atmósfera, lo que intensificará el calentamiento global.
De hecho será la única manera de poder cuidar aquellas calles por las que solemos pasear, los parques que solemos visitar y las playas donde pasamos todos los veranos.