España enfrenta problemas con el agua por el cambio climático, la escasez y la alta demanda de distintos sectores. Mejorar la gestión del agua requiere soluciones innovadoras.
La minería australiana, responsable del 13,3 % del PIB, es el principal consumidor de agua del país. Su actividad genera presión sobre los recursos hídricos.
España afronta un riesgo hídrico creciente y necesita acelerar la inversión en el ciclo urbano del agua. Aunque hay avances en eficiencia, calidad y digitalización, la renovación de infraestructuras sigue muy por debajo.
Una ONG ecologista alerta que España exporta cada año miles de millones de litros de agua a través de frutas y verduras, el doble de lo que consumen los hogares españoles.
Mantener y modernizar estas infraestructuras requiere financiación adecuada, y la factura del agua juega un papel fundamental al reflejar los costes reales del servicio y fomentar un uso responsable.