Un equipo de científicos españoles ha descubierto nicotina y antidepresivos como contaminantes derivados de la actividad humana en aguas de la Antártida, lo que representa un riesgo toxicológico para el medio ambiente.
Recientes estudios e investigaciones han demostrado la alta presencia de ballenas jorobadas en la zona de la Antártida, lo que significa una evolución muy positiva de estas especies en el hábitat marino.