Un estudio internacional ha detectado por primera vez el morbillivirus de cetáceo en ballenas del norte de Noruega, por encima del Círculo Polar Ártico.
Las ballenas tienen un canto que puede ser tan eficiente -y, en algunos casos, incluso más- que la comunicación humana y supone un comportamiento complejo que se transmite culturalmente, como ocurre con el lenguaje humano.
Apenas un 7 % de las áreas con mayor riesgo de colisiones entre ballenas y barcos cuentan con medidas para proteger a estos mamíferos marinos. El tráfico marítimo se superpone con el 92 % de los hábitats de especies como la ballena azul y el cachalote, lo que aumenta su vulnerabilidad.
Las ballenas jorobadas tienen una comunicación compleja y dialectos propios, similares a los humanos. Los delfines también se comunican usando sonidos y conceptos.