Burros bomberos: la solución ancestral que ayuda a frenar los incendios en España

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19/08/2025 - 09:02
Burros bomberos

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Ourense, León, Zamora, Cáceres, Tarifa, Tres Cantos... El fuego se extiende sin piedad. La semana más dramática del verano en España ha dejado una huella de devastación. Más de 25.000 hectáreas han sido arrasadas en lo que va de agosto, y cerca de 5.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus hogares. Ante esta catástrofe, una solución inesperada y sostenible emerge con fuerza: el uso de burros bomberos para combatir la propagación de las llamas.

La vuelta de una tradición ancestral de los burros bomberos

La idea de que los burros puedan ayudar en la prevención de incendios no es nueva. Lara Gutiérrez, presidenta fundadora de la asociación Burru, recuerda que antiguamente estos animales "estaban sueltos en los pueblos para poder limpiar los caminos". Su labor natural de desbrozar la maleza en prados, calles y cunetas, es un talento innato que ahora se está recuperando de forma planificada. "Siempre cumplieron esta labor, la de limpiar, no solo en los prados, sino también las calles y cunetas de malezas", explica Gutiérrez.

Doñana, el modelo a seguir

A pesar de su talento natural, convertir a estos animales en burros bomberos requiere una planificación meticulosa. "Si tú metes unos burros, unas ovejas o unas cabras en un bosque, no quiere decir que vayan a evitar incendios si no está planificado", matiza Luis Manuel Bejarano, jefe del destacamento de estos burros de Doñana. Este batallón, compuesto por 18 burros, lleva una década creando cortafuegos que protegen el parque. Su labor ha sido tan exitosa que incluso la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha reconocido su trabajo, apadrinando a una de las burritas, a la que cariñosamente llaman "UME".

El trabajo de los burros bomberos de Doñana es una muestra de organización y eficacia. Utilizan vallados móviles para confinar a los animales en zonas estratégicas de unos 30 o 40 metros de largo por 15 de ancho. Dentro de estos espacios, los burros, vigilados y con agua fresca, desbrozan el interior del bosque. Una vez finalizan su trabajo en una parcela, se trasladan a la siguiente, creando así una red de frenos naturales para el fuego.

El resultado de esta labor habla por sí mismo: en las áreas de trabajo de este destacamento no se ha registrado un solo incendio. Su éxito es tal que han asesorado a varias comunidades autónomas, como Cataluña, Tarragona, Asturias y País Vasco, para que implementen este sistema.

¿Por qué los burros son los mejores bomberos?

A diferencia de otros animales, los burros poseen características que los convierten en la opción ideal para este tipo de tareas. Laura Pérez, presidenta del Refugio de Tea, destaca que son capaces de soportar más horas sin agua que otras especies y se mueven con facilidad por terrenos difíciles donde ovejas o cabras podrían lesionarse. Además, su impacto ambiental es menor, ya que no compactan tanto el suelo. Son animales manejables, resistentes y menos propensos a escapar que las cabras.

La dieta de los burros bomberos es otro de sus grandes secretos. A diferencia de caballos o yeguas, que solo comen pasto, los burros "sí comen rama, comen ortigas, comen zarzas...", explica Gutiérrez. Esta variada alimentación es posible porque, al tener solo un estómago, el burro es muy selectivo y, una vez que consume la hierba, puede ramonear sin causar daños mayores a los árboles. Por ello, la labor de vigilancia es fundamental para controlar su trabajo.

Una solución complementaria

Aunque el trabajo de estos "bomberos de cuatro patas" es invaluable, Bejarano subraya que no sustituyen a las máquinas. "Lo ideal es que, siempre que se pueda, lo haga una máquina porque, nos guste o no, es mucho más eficaz", asegura.

Sin embargo, en los bosques, donde un tractor no puede entrar, los burros se convierten en la herramienta perfecta. "Los burros no sustituyen al tractor o a la maquinaria, los burros bomberos complementan a estas maquinarias y al ser humano donde no pueden entrar", concluye.

Un camino a seguir

El dramático balance de los incendios de este verano en España ha puesto de manifiesto la necesidad de soluciones innovadoras. El modelo de los burros bomberos de Doñana, un ejemplo de trabajo conjunto entre el ser humano y la naturaleza, representa una esperanza sostenible y eficaz en la lucha contra la devastación del fuego. Es un recordatorio de que, a veces, las respuestas más simples y ancestrales son las más efectivas. ¿Podrían otras regiones de España adoptar este modelo para proteger sus bosques?

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