La mayoría de las personas pasa gran parte del día en interiores, donde la calidad del aire suele ser mala. Esto provoca síntomas como dolor de cabeza, fatiga y mareos, afectando tanto la salud como el rendimiento laboral.
Un estudio revela que la contaminación del aire afecta la función cognitiva a corto plazo, reduciendo la concentración y la capacidad de interpretar emociones.
Los sistemas de calidad del aire basados en sensores son clave para monitorear contaminantes en tiempo real y mejorar la producción en diversas industrias.
Un análisis de la Alianza Global para el Clima y la Salud (GCHA) revela que las principales economías del mundo, no están incorporando medidas para mejorar la calidad del aire en sus planes climáticos nacionales.