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Las clases han vuelto en España, pero millones de niños siguen respirando aire de mala calidad. La contaminación en ciudades, la calidad del aire y entornos escolares amenaza su desarrollo, afectando memoria, atención y salud futura, mientras que los padres ya pueden exigir medidas y, en algunos casos, indemnización si no se cumplen los estándares europeos.
La vuelta a las aulas y la calidad del aire
Las clases han regresado, pero España sigue enfrentando un desafío pendiente: la calidad del aire y la contaminación. No es un problema exclusivo del país, ya que otras grandes ciudades del mundo también lidian con niveles preocupantes de agentes nocivos en la atmósfera. Esta situación impacta de manera especial a los más pequeños, quienes pasan más tiempo al aire libre y tienen sistemas inmunitarios aún en desarrollo. Respirar aire cargado de sustancias dañinas implica un riesgo diario para su salud.
Los estudios realizados por el Instituto de Salud Carlos III señalan que la contaminación atmosférica afecta principalmente a la población infantil. Los expertos explican que la exposición prolongada a partículas tóxicas puede alterar funciones fisiológicas como la memoria, la atención y los procesos de detoxificación. Además, aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades que solo se manifiestan en la edad adulta.
Entre los principales culpables se encuentra el dióxido de nitrógeno, un gas proveniente del tráfico que perjudica directamente los pulmones. Cuando interactúa con la radiación solar, puede generar ozono troposférico, otro gas dañino para la salud.
Julio Díaz y Cristina Linares destacan que los niños absorben más sustancias nocivas por kilogramo de peso que los adultos y tienen menor capacidad para neutralizarlas, lo que hace que los efectos sean más intensos y duraderos.
Factores que agravan la situación
El verano de 2025 en España marcó récords de emisiones debido a olas de calor e incendios forestales. La presencia de partículas derivadas de estas emisiones junto al tráfico urbano empeora la respiración diaria en las ciudades.
La Sociedad Catalana de Pediatría recomienda pacificar las zonas escolares, restringiendo la circulación cercana a los colegios como medida preventiva para proteger a los menores.
La exposición continua al aire cargado de tóxicos está asociada con diversos problemas debido a la contaminación y la calidad del aire. En Barcelona, un estudio reveló que las partículas finas (PM 2.5) durante el trayecto escolar afectan negativamente la memoria y la concentración. Investigaciones internacionales también señalan que la exposición prolongada puede aumentar la ansiedad, la depresión y el riesgo de sobrepeso.
Ciudades en alerta y derechos de los ciudadanos
Según la coalición CleanCities, la calidad del aire provoca cada año 300.000 muertes en Europa. En España, solo dos escuelas estudiadas en 2025 cumplían con los estándares de la OMS, ambas situadas en Olot. Doce entornos escolares superaban los límites legales de la Unión Europea, lo que evidencia la urgencia de aplicar medidas efectivas.
La normativa europea establece que los países deben cumplir nuevos límites de calidad del aire antes de 2030, con la posibilidad de que los ciudadanos exijan indemnización si las autoridades no garantizan su cumplimiento. En 2024, dos de cada tres españoles respiraron aire que incumplía los estándares recién aprobados, según Ecologistas en Acción.
Las ciudades más afectadas
El European Environment Agency señala 12 municipios que presentan la peor calidad del aire de España: Coslada, Mollet del Vallès, Cerdanyola del Vallès, Alcorcón, Parla, Madrid, Granada, Badalona, Barcelona, Leganés, Getafe y Santa Coloma de Gramenet.
Las grandes urbes y zonas industriales concentran los mayores riesgos, lo que subraya la necesidad de políticas urbanas más sostenibles y la protección de los derechos de los niños.
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